domingo, 22 de mayo de 2011

(253:) ARQUEOLOGÍA PENDIENTE

 

  

    Por supuesto, no me refiero a la arqueología que cuelga, ¡que también debieran, pues hay más de un caso, por excavar, colgándose, en el vacío -por entre los riscos-; que no, que vengo a comentar, esa otra arqueología, que por parada, está pendiente de que se excave.

    Y, a este fin, son muchos los yacimientos que esperan su turno. de entrada, hay muchos, que esperan una prospección arqueológica, que viene a ser como el reconocimiento previo, o acción primera, para más o menos percatarse de cuánto hay y es su valor (todo, por más mínimo o residual que parezca, todo -repito- es más que importante).

    Siempre que hay un centro o yacimiento arqueológico, no lejos del mismo, siempre -repito- hay un complemento del mismo: si cueva o casa, los “enterramientos (deposición de cadáveres)”; y esto, es un decir. Pues, no se vive aislado de un contexto, que va más allá y amplía en círculo de acción, y por tanto de huellas, que enriquecen al yacimiento en cuestión o central; de ahí, que hay siempre que marcar un área de reserva, y no de inmediato: ¡a construir un centro de interpretación! Y no suceda como el Colegio de Malpais (Maipés), en Agaete, construido dentro del recinto de la necrópolis del mismo nombre.

    Un servidor, que ha guiado por cuevas, que las ha recorrido, las ha explicado, las ha auscultado, las ha estudiado, que he escrito un libro sobre ellas (el primer monográfico sobre el tema), ¡cuántas he descubierto!, hay mucho que aportar. Muchas no han sido declaradas, ni reconocidas; otras, ni tan siquiera potenciadas, al no haber sido difundidas. No hay cartel ni mesa que las explique o señale; no se las interpretan, como si no existieran. ¡Y están ahí, por doquier!

    Todo se les ha ido en hacer centros de interpretación en torno a yacimientos; y tantos como yacimientos que excaven, convirtiendo el yacimiento, en algo totalmente artificial. Da la impresión -y así es- que en lugar de preservar, prima la promoción comercial y económica, a costa de lo primero, que desaparece. En todos los yacimientos, tienen la promoción, antes que la conservación, desgraciadamente.
 
    Y viene esto, porque quedan auténticos tesoros, y una gran cantidad de ellos, pero duermen. Hay mucho por descubrir, pero...
 
    ...mejor está escondido, porque se hace poca arqueología, y la que se hace, digámoslo ya de una vez: es mala (¡muy mala!). Mejor, pues, que no excaven.
 
    El Padre Báez, sobre el cual pesa aún, las lozas o planchas de hierro, que sin fundamento arqueológico alguno, llenan nuestros yacimientos, pervirtiéndolos.

 

 

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