lunes, 6 de abril de 2015

soberanía alimentaria

Tabaiberil soberanía alimentaria…
“… despierta, tú que duermes…” (del himno de vísperas del Domingo de Pascua).
“… un pueblo balbuciente…” (del salmo 113 A).
“… la peste funesta… te cubrirá…” (del salmo 90).
“... reunión de cínicos...” (del salmo 1).
“... se alían... conspiran...” (del salmo 2)
“... cuántos... enemigos...” (del salmo 3).
“... rebaños de ovejas y toros...” (del salmo 8).
“... ignorante... arrogancia...” (del salmo 18 B).
… la nuestra. Seguimos contando mentiras. Veamos: En el Gran Tabaibal, la soberanía alimentaria es real, más que posible. Y ello, no porque lo digan los casi ya nulos agricultores, sino los alcaldes de la mancomunidad del sureste, es decir en el reino tabaiberil por excelencia: comeremos tabaibitas con sumos de tabaibas o leche al natural de las tabaibas, sin más, ni menos. Pues, ¿qué más queréis borregos de mis almas?
Es decir, importamos el 99,99 % de lo que comemos, y vamos a dejar de importarlo todo, y comeremos tabaibas y con el 00,01 % de lo que producimos, viviremos más felices. Es decir, agoniza el campo tabaibero, está con un pie en la UVI y con el otro en el tanatorio, ¡y vamos a comer todo de El Tabaibal! ¡Vaya trola compañeros! Y ello, porque ya somos autosuficientes, nos sobran tabaibas por un tubo, y la industria tabaibera hará milagros con las tabaibas y no dependeremos ya en adelante de nadie para sobrevivir. ¡Y va en serio, no se rían! Además: nos sobra luz eléctrica, nos sobra energía del sol, usaremos coches eléctricos, nos sobra energía fotovoltaica y nos la comeremos en tres comidas en casa cada día. Nada tiene que ver se haya perdido la agricultura tabaibera, está en el tanatorio; nada se explota (salvo los precios de lo que comemos [todo de p´fuera]), los pocos agricultores que nos quedan pasan de los sesenta y siete años, y se les prohíbe cultivar; plantar un cercado de papas es una ruina, pues cuesta una fortuna y después no las puedes ni comer, ni vender, se te pudren; y todo lo que comemos viene de la importación. Pero esto se va a acabar o terminar: vamos a comer solo y todo lo que produzcamos, es decir: tabaibas y sus derivados. Nos vamos a sostener de lo que producimos, con algún tuno indio de postre. Y no les engaño ni es utópico lo que les cuento o digo. Y toda vez tenemos libre de tabaibas un 00,02 % del territorio, es suficiente para plantar de todo y no depender de absolutamente de nadie. ¡Va en serio, y no les tomo el pelo!: la cosa es así de sencilla y veraz: podemos comer de nuestra tierra libre de tabaibas en esa cantidad, y hasta nos puede sobrar en excedente algo para exportar. Y toda vez de Agüimes nos viene la solución (y se va la luz por el Oeste): corten los cables de la luz, y pongan placas solares y así usted ahorra para comprar la comida que viene  de allende los mares. ¡Y seremos autosuficientes, autosostenibles, autocosumidores, autoelectrógenos, autoindependientes, autotodo! ¡Oh, si Don Antonio Cubillo resucitara! ¡Se volvía a morir del susto! Y a éstos, no los llaman ni locos (por los vientos que les soplan), ni dementes, ni psicópatas, ni neurasténicos, ni nada, son alcaldes de esa parte del sur, donde los vientos, los vuelven locos o majaretas perdidos. Porque todo lo dicho y más es viable, muy viable (por la vía, por la autovía, por la circunvalación, por las carreteras, por las calles, etc.). Con el tiempo y una caña, todo eso será no posible sino real: nos autoabasteciremos de todo-todo, y más, hasta tener de sobra y exportar. Y todo ello a pesar de que no nos dejen usar el suelo a nuestro antojo, pues lo tienen ya autodeterminado y calificado con leyes del suelo para que, ¡ni lo pises!, no te dejan otros usos, sino los paisajísticos, que como saben eso se come y harta un montón…
El Padre Báez.
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Cierto, es lo que me dicen tantos; pero, ¿quién une y mueve a los pocos y ancianos campesinos que quedan? Precisamente por pocos y mayores (tienen mucho miedo), y acaban fácilmente con ellos:

Estimado Padre Báez, desde hace algún tiempo, leo sus correos en defensa del agro canario y de sus pobladores. Permítame decirle que todo es inútil, mientras ese mismo pueblo siga votando en favor de los mismos de siempre, es decir, a los que ponen a la tierra canaria en manos de las corporaciones transnacionales, globalización, que lo único que quieren es traer sus mercaderías de allá ende los mares, donde por salarios de miserias explotan el hambre de otros más pobres, para luego vendernos a los de acá esas baratijas, producto del sufrimiento y, en ocasiones incluso de la sangre (BANGLADESH, ¡y tantos otros lugares!), eso sí, a precio de oro. La globalización es lo que podríamos definir como desvestir a un santo para mal vestir a otro. Los poderosos y sus protegidos cada vez más ricos y el resto de la humanidad cada día más pobres. En fin, los adoradores de Moloc, al igual que los cainitas, están exultantes. Pero a no mucho tiempo, caerán en las garras del que ahora adoran, que les hará pagar un alto precio -sus almas-, quedando atrapadas en el Hades. Salud. (Juan Francisco Ramírez).

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