Tabaiberil soberanía
alimentaria…
“… despierta, tú que
duermes…” (del himno de vísperas del Domingo de
Pascua).
“… un pueblo balbuciente…”
(del salmo 113 A).
“… la peste funesta… te
cubrirá…” (del salmo 90).
“... reunión de cínicos...”
(del salmo 1).
“... se alían...
conspiran...” (del salmo 2)
“... cuántos... enemigos...”
(del salmo 3).
“... rebaños de ovejas y
toros...” (del salmo 8).
“... ignorante...
arrogancia...” (del salmo 18 B).
… la nuestra. Seguimos contando mentiras. Veamos: En el
Gran Tabaibal, la soberanía alimentaria es real, más que posible. Y ello, no
porque lo digan los casi ya nulos agricultores, sino los alcaldes de la
mancomunidad del sureste, es decir en el reino tabaiberil por excelencia:
comeremos tabaibitas con sumos de tabaibas o leche al natural de las tabaibas,
sin más, ni menos. Pues, ¿qué más queréis borregos de mis almas?
Es decir,
importamos el 99,99 % de lo que comemos, y vamos a dejar de importarlo todo, y
comeremos tabaibas y con el 00,01 % de lo que producimos, viviremos más felices.
Es decir, agoniza el campo tabaibero, está con un pie en la UVI y con el otro en
el tanatorio, ¡y vamos a comer todo de El Tabaibal! ¡Vaya trola compañeros! Y
ello, porque ya somos autosuficientes, nos sobran tabaibas por un tubo, y la
industria tabaibera hará milagros con las tabaibas y no dependeremos ya en
adelante de nadie para sobrevivir. ¡Y va en serio, no se rían! Además: nos sobra
luz eléctrica, nos sobra energía del sol, usaremos coches eléctricos, nos sobra
energía fotovoltaica y nos la comeremos en tres comidas en casa cada día. Nada
tiene que ver se haya perdido la agricultura tabaibera, está en el tanatorio;
nada se explota (salvo los precios de lo que comemos [todo de p´fuera]), los
pocos agricultores que nos quedan pasan de los sesenta y siete años, y se les
prohíbe cultivar; plantar un cercado de papas es una ruina, pues cuesta una
fortuna y después no las puedes ni comer, ni vender, se te pudren; y todo lo que
comemos viene de la importación. Pero esto se va a acabar o terminar: vamos a
comer solo y todo lo que produzcamos, es decir: tabaibas y sus derivados. Nos
vamos a sostener de lo que producimos, con algún tuno indio de postre. Y no les
engaño ni es utópico lo que les cuento o digo. Y toda vez tenemos libre de
tabaibas un 00,02 % del territorio, es suficiente para plantar de todo y no
depender de absolutamente de nadie. ¡Va en serio, y no les tomo el pelo!: la
cosa es así de sencilla y veraz: podemos comer de nuestra tierra libre de
tabaibas en esa cantidad, y hasta nos puede sobrar en excedente algo para
exportar. Y toda vez de Agüimes nos viene la solución (y se va la luz por el
Oeste): corten los cables de la luz, y pongan placas solares y así usted ahorra
para comprar la comida que viene de
allende los mares. ¡Y seremos autosuficientes, autosostenibles, autocosumidores,
autoelectrógenos, autoindependientes, autotodo! ¡Oh, si Don Antonio Cubillo
resucitara! ¡Se volvía a morir del susto! Y a éstos, no los llaman ni locos (por
los vientos que les soplan), ni dementes, ni psicópatas, ni neurasténicos, ni
nada, son alcaldes de esa parte del sur, donde los vientos, los vuelven locos o
majaretas perdidos. Porque todo lo dicho y más es viable, muy viable (por la
vía, por la autovía, por la circunvalación, por las carreteras, por las calles,
etc.). Con el tiempo y una caña, todo eso será no posible sino real: nos
autoabasteciremos de todo-todo, y más, hasta tener de sobra y exportar. Y todo
ello a pesar de que no nos dejen usar el suelo a nuestro antojo, pues lo tienen
ya autodeterminado y calificado con leyes del suelo para que, ¡ni lo pises!, no
te dejan otros usos, sino los paisajísticos, que como saben eso se come y harta
un montón…
El Padre Báez.
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Cierto, es lo que me dicen
tantos; pero, ¿quién une y mueve a los pocos y ancianos campesinos que quedan?
Precisamente por pocos y mayores (tienen mucho miedo), y acaban fácilmente con
ellos:
Estimado Padre Báez, desde
hace algún tiempo, leo sus correos en defensa del agro canario y de sus
pobladores. Permítame decirle que todo es inútil, mientras ese mismo pueblo siga
votando en favor de los mismos de siempre, es decir, a los que ponen a la tierra
canaria en manos de las corporaciones transnacionales, globalización, que lo
único que quieren es traer sus mercaderías de allá ende los mares, donde por
salarios de miserias explotan el hambre de otros más pobres, para luego
vendernos a los de acá esas baratijas, producto del sufrimiento y, en ocasiones
incluso de la sangre (BANGLADESH, ¡y tantos otros lugares!), eso sí, a precio de
oro. La globalización es lo que podríamos definir como desvestir a un santo para
mal vestir a otro. Los poderosos y sus protegidos cada vez más ricos y el resto
de la humanidad cada día más pobres. En fin, los adoradores de Moloc, al igual
que los cainitas, están exultantes. Pero a no mucho tiempo, caerán en las garras
del que ahora adoran, que les hará pagar un alto precio -sus almas-, quedando
atrapadas en el Hades. Salud. (Juan Francisco
Ramírez).
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