jueves, 21 de abril de 2011

TAJINASTE BLANCO:

 
    Bajábamos de Cazadores, después de Misa, Montse y un servidor, ella –una de mis  lectoras- va y confunde al ver unas plantas de mayo, por tajinaste; le digo que no, y me paso todo el conducir, hasta La Breña, mirando a las orillas con cuidado, para indicarle lo que son tajinastes. Llegamos y allí estaban ellos, frente a la Iglesia, y lo comentamos, a lo que un feligrés me dijo, en otro tiempo, era hasta comida de animales; me extrañó, porque es que pican, arañan, ronchan y raspan, pero ¡ya se sabe, la lengua de una vaca, no es como nuestra piel!
 
    El caso es, que recordando hace un par de años, allá en Timagada,  alguien me había dicho no se que jaleo, había sucedido en un bar-restaurante en la Cumbre, de junto al cruce antes de la Pez, que como tenía tajinastes del Teide, no se quien quiso arrancarlos, por no ser propios de aquí, sino del Teide, y por tanto de Tenerife. Cierto, los tenían y aunque no tan vistosos como los que in situ, en su día pude ver en la isla hermana, que voy el Domingo a mi casa, a La Lechuza (San Mateo), después, de un par de meses, huyendo del frío y lluvia, y cual no es mi sorpresa cuando en el patio de la casa de una hermana, contigua a la de un servidor, veo –para mi sorpresa- un tajinaste blanco, del cual desconocía su existencia, y hasta me alegré, pensando era el descubridor de una mutación del tajinaste, dado que uno, sabía de los blancos, pero pequeños, de los que al igual que los azules, tienen su ramillete de flores en lo que puede medir más o menos una cuarta, pero no los dos metros del blanco en el patio citado; pero, ¡mi gozo en un pozo!, cuando llego de noche a mi otra casa, y heme aquí, entrando en internet, por si existía y sí: allí está él, y es blanco.
 
    ¡Claro que me decepcionó, porque sabía los nuestros (los de aquí, eran pequeños), y que los largos y muy grandes de Tenerife, y hasta llegué a pensar, que dada la altura, clima, tierra y otros factores de la botánica y la biología, el rojo se había adaptado a estas latitudes y alturas, y había cambiado de color quedando blanco, con sus dos metros hacia el cielo.
 
    Y toda vez que prometí a las sobrinas, que haría un comentario, y como lo prometido es deuda: aquí está.
 
    También les informo, que las fotos del tajinaste, no son extraídas de otros lugares, sino el mismo que un servidor fotografió, y que se lo paso a continuación, para que los disfruten como un servidor, y gocen ante ese poderío y maravilla de nuestra tierra, que nos puede sorprender con plantas únicas en el mundo, como éstas:
 
    El Padre Báez, que comparte con ustedes, esta maravilla que Dios nos hizo, como regalo y señal de su poder creador. Por eso, parece que el tajinaste agradecido, como que asciende buscándolo, o en todo caso, nos lo señala, que es doblemente de agradecer.

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