viernes, 22 de abril de 2011

(223): LA TUMBA DE CRISTO, ¿QUE DICE LA ARQUEOLOGÍA?

   

    Descendido de la cruz, lo pusieron en una cueva fúnebre -como hacían los guanches-, su cuerpo resucitó, y ello conlleva una espiritualización y glorificación del cuerpo, un nuevo cuerpo, glorioso, espiritual, pero ¿dónde está su cuerpo físico?, ¿lo encontrarán algún día la arqueología? Conste, que si así fuera, eso no afectaría en lo más mínimo su resurrección. Pues no estamos hablando de revivir, sino de resucitar, que son dos cosas distintas, y no se ha de confundir, una con la otra. Por eso, ahí queda una asignatura pendiente.

    Y viene esto a cuento, porque , en primer lugar es el día de la sepultura de Cristo, y posterior resurrección, y dejo en el aire: ¿dónde está su cuerpo?; y en segundo lugar, porque a diario, a poco que se escarbe la tierra, aparecen nuevos descubrimientos de esqueletos del pasado, que pertenecieron a personas, que lo llevaron en vida. Y así, hasta aparecen cuerpos prehistóricos, pertenecientes algunos al neolítico, como es el caso de la reciente mujer, con vaso de ofrenda o urna, en Barcelona.

    No es cuestión de hablar de este esqueleto, que me pregunto por el de Cristo, nuestro Dios y Señor. Y si la arqueología devuelve esqueletos de hasta 6.000 años, más cerca tenemos el de Cristo, que anda o ronda por 2.000 años y ya debiera la arqueología darnos a la teología ese regalo y sorpresa. Al menos, es lo que un servidor piensa en este Viernes Santo de la Pasión, Muerte y Sepultura de Jesús.

    Tal vez sea cosa del azar o suerte, que se encuentre tal Esqueleto Divino-humano, humano-Divino. Tal vez, algún día este deseo se cumpla; mientras cabe seguir esperando.

    Repito: nuestro Señor Jesucristo, resucitó en un cuerpo glorioso, espiritual; y el físico, ¿dónde está?

    El Padre Báez, al que -como católico- su fe en la resurrección, no sufriría un ápice, si algún día apareciera el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo; hecho éste, que no anula la resurrección, y por ello, mi fe seguiría íntegra, intacta, sin merma. Por eso, ¡a ver quien da con Él! Aunque es un muerto que vive (yo se, dónde está ese cuerpo [en la Eucaristía], pero...).


No hay comentarios:

Publicar un comentario