lunes, 25 de abril de 2011

ESCUELAS AGRÍCOLAS

   
 
    De las islas mal llamadas menores –porque todas son grandes- nos vienen noticias del campo de continuo, y la palma se la lleva , precisamente, la isla de La Palma; y es que parecen ser más inteligentes, porque dedican al campo lo primero, no en vano, es el sector primario. Y así, hoy les comento, lo que ya han leído en el título; que proyectan –ya lo hicieran también aquí- capacitar a alumnos, para los trabajos de toda la vida, es decir: el campo (y no solo jardineros, que es lo que sucede aquí, en el Gran Tabaibal).
 
    La pena es, que -nuca hay dicha completa- solo se trata de 30 afortunados, y ya debieran ser no 300, sino 3.000; pero ¡bueno, menos es nada! Y como decía el otro, por algo se empieza. y es el caso, que: se pretende enseñar a ser agricultor y ganadero, lo cual conlleva enseñar a surcar, regar, plantar segar, etc., si de la tierra se trata, que en el caso de los animales, hay que aprender a tratarlos, como puede ser llevarlos a abrevar, al macho (si es hembra),  limpiarles la cama, y sobretodo a ordeñar, entre otras faenas.
 
    Sigo teniendo pena, porque a este plan, le sobra Consejeros de Educación, y les sobran también ciclos formativos, y sobra cabildos, y sobra esa parafernalia de buro-(por poco me sale burro)-cracia, y tienen uno para sí, que si a ese grupo de 30 “estudiantes”, se los dejaran a cualquiera de los mayores –los pocos que quedan- por el campo, para que le ayuden en sus faenas agrícolas y ganaderas, tienen al mayor y mejor de los catedráticos, pues arrastran la tradición, de muchos siglos y culturas –no en vano, estamos hablando de agri-cultura- y que por la experiencia, son más que catedráticos, son sabios, y esa es la mejor escuela. Y si eso se hiciera con cada agricultor mayor (pongamos que de 30 o 35 años para arriba), tendríamos riqueza de sobra y no haría falta comprar o importar absolutamente nada, y no habría absolutamente, nadie en el paro.
 
    Pues esa es la madre del cordero -hablando de ganadería- que con el paro que hay o/y tenemos, esa es la única doble salida: tierra o/y ganadería. No se puede enseñar ni educar sobre agricultura y ganadería, desde las aulas y los libros, sino desde la experiencia y práctica desde el primer minuto, pues como en el yoga, aquí vale lo de “más vale un gramo de práctica que quintales de teoría”; que el conocimiento no está en los libros, ni en los centros sino en el cerebro de los campesinos y en sus manos. Que los libros fueron escritos en otros ambientes y culturas, donde todo es diferente y aplicado aquí es un desastre y no funciona. Para conocer y aprender esta profesión las más viejas de la humanidad- hay que enraizarse en el sitio propio, que según tierra y clima, exige un tratamiento diferente y propio (no valen libros catalanes o traducidos del inglés, ¡es un decir!).
 
    Además, en ello, estamos perdiendo la identidad del tabaibero (antes canario), que fue siempre “un bicho de la tierra”, y a la que le sacó el fruto aún en las condiciones mas adversas, convirtiendo arenales, riscos, y desniveles, en terrenos cultivables; además, ya es hora, de salir del monocultivo llamado turismo, que no deja sino raspas, y nos ha metido en la miseria en la que estamos, aunque ciegos, los hay todavía, que sueñan con una recuperación económica y trabajo para todos, con los turistas (¡hay que estar en el limbo, o haberse dejado engañar, hasta la saciedad: deben estar embabiecados o embobecidos).
 
    ¡Lo dicho!, si hasta ahora, solo ha habido turismo, es hora de diversificar y volver a lo que siempre fuimos y nunca debimos de haber dejado de ser: campesinos, ¡y a mucha honra!
 
    Pongo un segundo ejemplo, de los ejemplos que nos dan las otras islas; pues tengo el de Teguise, que su ayuntamiento, se ha gastado un dinerillo, en reparar un par de tractores, y los ha puesto a la disposición de cualquiera que los necesite para arar sus tierras. Imaginemos, que los de aquí, los 21, pusieran lo mismo; tendríamos 42 tractores revolviendo la tierra, y volviéndola fructífera, y sacando gente del paro de continuo; pero hay un problema: ¿qué va a pasar si el tractor pisa una hierba protegida –y está toda-? Pues se debe comenzar por desproteger, porque mientras no lo hagan no habrá quien coja un tractor, porque la broma le sale más que cara... ¡por más que el tractor sea gratis!
 
    El Padre Báez, que les informa de lo que pasa desapercibido. Tengo más casos y cosas, pero todo no cabe en un comentario que pretende sea corto, para que lo lean, y no cansar. ¡Lo dicho!

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