jueves, 28 de abril de 2011

(229): ARQUEOLOGÍA DEL ARCHIPIÉLAGO

   
    ¿Se pensó alguna vez –y un servidor no lo sabe- unir en una exposición, material o piezas de las siete islas, y así tener una visión de conjunto (y no parcial) de nuestra Historia y Patrimonio? Si se hizo, se puede repetir, y si no: ¿no están tardando en esa muestra, que debe viajar después por todas y cada una de las islas?

    Sí, mis amigos, hay que airear nuestro pasado, que se pudre entre cristales y en cajas almacenado, sin que ello redunda en bien alguno a esta colectividad; que tiene que apreciar la arqueología del mundo entero -menos la suya propia-, porque la tienen a buen recaudo, ¡no te digo! Y , ¿de qué sirve ese tanto guardar y ocultar?
    En las islas, el Patrimonio, no es de cada una –que también- sino de todas (las 8 y más si hubieran habitadas en un futuro). Pues, ¿quien duda, nuestras raíces no sean comunes? Así pues, cada Museo o lo que sea, aporte parte de lo que tiene o tenga. Que alguien dirija dicho asunto (sea muestra, exposición, o lo que sea), pero que se pueda ver, visitar y conocer lo nuestro, porque entre todas las islas hay o haya colaboración al respecto.
    Incluso, voy más allá, ¿por qué no implicar a Marruecos, a Argelia, al Sáhara, etc., lugares y países que venimos de la misma o tuvimos la misma cuna?, y así, conoceríamos piezas, que nunca se habrán visto, y no dejarán de ser un complemento afín. De esta manera, la arqueología sería –además- un vehículo de diálogo, al margen de la cultura –¡que también, y es la principal!-
    ¡Cuántas piezas, que jamás antes habían salido de sus respectivos Museos! Ya es hora, se comience con un verdadero intercambio cultural, más allá de la gastronomía, trajes típicos y folklore; la cultura, está por encima de todo eso -sin despreciarlo-, pero es más...
    De esta manera –por medio de exposiciones así- el intercambio será un encuentro a través de los restos que nos dejaron los que nos precedieron. Aporte cada uno de sus colecciones lo que tenga, pueda y quiera. Comencemos a romper barreras entre islas y entre naciones. Hagamos posible la unidad. ¿No es el desierto, nuestro padre común?
    Solo hace falta un pequeño esfuerzo, y la humildad de aceptar estas sugerencias. Todos lo agradecerán (ellos y nosotros). De alguna manera, como que acciones como estas que nos hermanan más si cabe, y hacen falta. Y, ¡cuánto se aprendería! Este pueblo nuestro, necesita algo más de cultura y pedagogía a este nivel, y no tanto carnaval y otros eventos -que aunque también-, habría que priorizar.
    El Padre Báez, que echa de menos lagunas en nuestro Patrimonio, que pueden ser rellenadas con lo que aquí queda dicho. ¡Ojala se lleve a cabo!


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