viernes, 8 de abril de 2011

(208): HAY QUE POTENCIAR LA ARQUEOLOGÍA

   
    La verdad que anda de capa caída, razón del por qué de este título, que alcanza –como es lógico- a los yacimientos, y por descontado al patrimonio: Ya debiéramos imitar lo que hacen por ahí afuera, donde se forman equipos interdisciplinarios, para -precisamente- poner en valor la Historia y por tanto el pasado, que se manifiesta en esos restos y obras. De la mano: arqueólogos, arquitectos, historiadores, etc.  
    A ver si se asocian los arqueólogos –un grupo de ellos- y hacen un Grupo, que marque la pauta a seguir, de cara a recuperar tanto “material”, y a la vez lanzar en promoción cuanto tenemos (¡lo mejor “...del mundo... [Le Canarien]”!). Por supuesto, en ello debe colaborar el Gobierno, el cabildo, la universidad, los de la cultura, entidades varias, etc. ¡Ojalá arranquen y salgan y comiencen! Es que vivimos en un letargo arqueológico, tan petrificado como los fósiles. Nada nos presentan; poco se conserva; no se visita...   

    Un Domingo de lluvia, no subí a La Cumbre, sino que me quedé por uno de los barrancos entre Agüimes e Ingenio, iba acompañado de una de mis lectoras, y henos allí, en sendas cuevas, sin señales de agujeros en el suelo, ni pinturas en las pareces, y menos en el techo el negro propio del producto de los pinos (la brea); tampoco habían señales de cerámica, ni huesos, y por más que buscaba lapas, tampoco; algunas estructuras sí que quedaban de un pasado, que por estar en zona de mucho picón (volcánico), propio de la erupción de la lava, fácilmente erosionable, y tanto que grandísimos bloques caídos de arriba, rodaron en la base y ladera; pues allí estaba el material lítico: hachas, cuchillos, raspaderas, etc. (¡y donde estaban las dejamos, como es preceptivo!): ¡lástima que se lleve a la gente a un carnaval sin fin, y no por las sendas de nuestros antepasados...!
    Y según lo dicho: ¡cuántos grabados, cuánto de todo!, ¡Cuánto oculto, por aparecer! Ahora la hierba tapándolo todo, y la maleza impidiendo acercarse a tanto “perdido”. Difícilmente hay: casa, templo, almacén, comercio, etc., que no esté asociad@ a restos de los guanches (muchas veces, las mismas cuevas [por más que deformadas]). Es decir, sigue al presente el pasado, el ayer. Más claro, nuestra Historia moderna, sobre la Antigua, o la Antigua de base...
    Y así los vimos –en la cita del paseo arqueológico citado- tumbas por doquier, siempre adosadas a los resquicios de cuevas y otros lugares, que ponen un sello de sacralidad en cuanto visitamos y tenemos. Y, si te encuentras con un anciano, más que lo escrito, lo que te pueda contar, desde la tradición que perdura a través de ellos, y que se agota.
    Y, a pesar del efecto del viento, del agua, del sol, la mano humana..., ¡cuántas cuadras o/y alpendres, corrales y gallineros, en tantas cuevas sepulcrales o habitacionales, con paredes –que por el tamaño de las piedras y otras, que no fueron hechas por los abuelos, sino por los guanches anteriores- sin que nadie limpie nada, y todo esté, como está...!, ¡que da pena, y ganas de llorar!
    Lugares de culto en los altos, tesos, lomas..., cazuelas o cazoletas –como han dado en llamar, como si en canario no pudiéramos nombrarlas como “escudillas” o “pocetas”, etc.- con rayuelas –para que rime- o surcos en piedras que conducen ofrendas...; solsticios apartes: escaleras, gradas, explanadas, tagoros..., ¡tanto por descubrir –repito-!
    ¡Cuántas piedras con rayas, que cuentan, ¡Acorán (Dios) sabe qué!, sin que los expertos nos digan qué, si días, animales, personas, etc. Piedras y cuevas, que no hablan, sino que gritan, pero que nadie las oyen o escuchan. ¡Cuántos pasos tallados! Siempre los barrancos cerca (por el agua vital). Puntos y agujeros. Piedras que marcan, y rematan...
    Jornadas por venir y que no llegan. Se inaugura de todo y por todas partes, y ninguna ruta a yacimiento alguno. ¿Por dónde una conferencia?, ¿por dónde los especialistas?, ¿qué es de los arqueólogos? Y mientras, por nuestros barrancos, sierras, montañas, tesos, llanuras, etc., la naturaleza llena de nuestra cultura por desvelar. ¿Dónde una mesa redonda, donde hablar de todo esto?
    ¿Dónde proyecto alguno, que proponga itinerarios a distintos lugares?, ¿quién acondiciona para senderistas ruta que nos lleven a la riqueza de nuestra arqueología?, ¿dónde un recorrido, que nos muestre parte de lo variado y rico patrimonio? Sabido es, que aunque a los de Gran Tabaibal (antes Gran Canaria), no les interese todo esto arriba señalado, los que vienen de más allá de espakistania, sí que se interesan por estos temas, y se los debemos ofertar (si queremos retener o atraer un resto del turismo que desaparecerá, no tardando mucho).
    El Padre Báez, que estaría dispuesto –por ser sacerdote- a guiar distintas rutas de almogarenes (lugares sagrados), pero..., ¡como son laicistas, aconfesionales..., esto no les va!

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