lunes, 4 de abril de 2011

(204): CAMPAMENTOS ARQUEOLÓGICOS

   

    Por sugerir que no quede, como lo venimos haciendo desde hace algún tiempo ¡y lo que está por venir! Pero, viniendo al presente, y de cara al verano que irremediablemente se nos acerca, ¡qué bueno sería, que el cabildo, organizara unos campamentos arqueológicos! Con lo dicho, ya de entrada, sobra que sean para niños, preadolescentes o jovencitos, ¡ni mucho menos! Se trata, como se puede colegir del asunto, es cosa de jóvenes, que amantes del patrimonio, colaboren y aprendan a excavar, y ser así iniciados en la hermosísima ciencia de la arqueología.
 
    Debiera pues, el cabildo –repito- destinar un dinero, para esta actividad; que lo es de entre las culturales, y fuera de la fecha escolar, la de mayor altura; para ello, habría que contar con un programa variado de actividades complementarias, y donde tengan cabida –además- costumbres campamentales, para quitarle hierro al asunto –y nunca mejor dicho lo de “hierro”, por si se animan a un campamento, para limpiar yacimientos de planchas de hierro (¡que ésta es otra!). Esto, ya se debiera estar publicitando, con lo cual, tal vez se llegue tarde o no se llegue este curso y año; pero debieran tenerlo muy presente, para el próximo, ¿y por qué no otro en Navidad? Por tanto, serían campamentos con nivel científico.
 
    De esta forma y manera, si esto se llevara a cabo, y se realizaran, tendríamos “arqueólogos”, por una semana, quince días o hasta de un mes, según opciones y tiempo. Todo esto, iba a redundar en un mayor conocimiento del patrimonio y sus técnicas, referentes a distintos yacimientos. Es una forma o manera de difundir lo nuestro; así se divulga el pasado. Como actividad complementaria, se pudiera hacer visitas –a pie- a otros yacimientos, y estudio del medio, donde las manifestaciones y huellas de los guanches, es constante, y se les enseñaría a detectar ese “patrimonio” oculto.
 
    Pena es, que como con tanto, y tanto, también esto, caiga en saco roto; es decir, que miren hacia otro lado. No faltarán quienes digan que es periodo vacacional para los arqueólogos, pero, ¿no están de vacaciones todo el año?; ¿no pueden adelantar o retrasar sus vacaciones, en pro de lo que aman, y es su vocación? Mejor aún: ¿acaso hay vacaciones mejores, que estar en un yacimiento, con la aventura de descubrir, lo que se oculta bajo tierra? Por supuesto, dada la crisis, no pidan mucho por participar, y si puede ser gratis mejor. De esos presuntos campamentos, caben esperar salgan: profesionales, guías, monitores, auxiliares, etc.
 
    Este, debiera ser el objetivo a tener en cuenta y llevar a la práctica el cabildo, desde su área de patrimonio y cultura histórica: salir a la calle, y romper el cerco o gueto arqueológico, y abrirlo a nuevas vocaciones; y así, ¡cuántos hallazgos por aparecer! Ese trabajo campo abierto, será un gran atractivo para tanto joven que se aburre, sin saber a dónde ir, ni qué hacer, cuando son una mano barata, que se enriquecen a sí mismos, con lo que la ayuda es mutua.
 
    El padre Báez, que aunque –pesimista- sabe esto no se va a llevar a cabo; ¡por si acaso, me pongo a la disposición del cabildo con esos más de cuarenta años de dirigir campamentos juveniles en el mes de Agosto (en Peñón Bermejo [Güi-Güí])!      
  

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