Plantaciones
sustituidas por tabaibas...
... plantaciones que nos alimentaban; tabaibas que
nos matan a hambre. Se trabajaba entonces; ahora, en paro todo. Entonces,
horizontes verdes; ahora, maleza y basura. La mayor pobre, es la agricultura, y
así es imposible poder salir de la crisis. A tal fin, impresionan los grandes
bosques de pinos que coronan la isla y bajan hacia las medianías, con sus
oscuras sombras, sin claros, por tupidos y reforestados unas y mil veces, por
donde las talas son inútiles al no servir ni sus maderas. Imposible la
recuperación económica. La isla está parada.
No vamos de mal a mejor, sino de
mal a peor. Nada se cosecha. No tenemos
materia prima. No se despierta de la miseria adormecida en la que nos tienen.
Se machaca el campo con cañas, zarza, retamas (tabaibas), etc. Ya solo son
grandes los pinos, pero inútiles. La pinocha empobrece los suelos, en otros
tiempos muy ricos. No se rotura, no se cultiva. Defienden y protegen basuras y
malezas. Los pinos ocupan -en parte- zonas de castaños, nogales, almendros,
etc., a los que han desplazado y eliminado. Los pinos, lo destruyen todo. Otros
árboles no se ven, que no sean pinos. Desaparece lo rural. Los alpendres están
vacíos; los cercados, se llenan de cañas y zarzas. Las frutas, ya no se
cosechan (se caen maduras todas al suelo [tunos, higos, almendras, manzanas,
ciruelas, peras, castañas, nueces, etc.]). La sementera, ¿eso qué es? Y los
abonos, ¿qué? Aperos, ¿aperos? Los aperos cuelgan cuales piezas etnográficas,
sin otro uso, y sin que los tractores suplan nada, cuales piezas de museos.
Todo lo que se come, viene de fuera. Campo y agricultura, ¡nada! El campo,
ahora, para correr. Todo abandonado. Nada se conserva, ni se mantiene. Ya
imposible atravesar caminos y barrancos, comidos por zarzas y otras malezas.
Fincas destrozadas. Tractores oxidados. Almacenes vacíos. Impotencia agraria.
Agricultura en el recuerdo (en el pasado). Sin nivel industrial alguno.
Incapacitación agraria. Ya no hay matanza del cochino (ni morcilla, ni chicharrones,
ni reparto...). Comida sin calidad, y cada vez en menos cantidad. Ya, ni
convivencia familiar. Muerte de costumbres y sabidurías milenarias. Sin
cultivo, todo es pasto asilvestrado. Los estanques vacíos y rotos...
El Padre Báez.
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“... si uno de vosotros tiene cien ovejas...” (Jesucristo: Lc. 15, 1-10)./
“... un pastor que apacienta su
rebaño...” (Is.
40, 10-17)./ “... el trabajo nos
urge...” (del
Himno de la Hora intermedia del jueves III del Tiempo ordinario)./ “... ovejas de tu rebaño...”
(salmo 78)./ “... preparaste el terreno, y echó
raíces... sus brotes...” (salmo 79)./ “... la maleza creciendo... como matorrales...” (del primer libro de los
Macabeos 4, 36-59).
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