¡Cuidado con que se le marche el baifo!, que el cabildo
tabaibero se lo mata...
(tomado de La Provincia de
hoy)
... seguro conocen ustedes -mis amigos- la expresión:
“¡que se me fue el baifo!”, con referencia a que se le olvidó algo o sobre de lo
que estaba tratando, o no se acuerda de algo, o afín. Pues, permítanme este
comentario jocoso o con cierto humor negro, porque si eso ocurriera -y suele
ocurrir-, y más con los años, tenga mucho cuidado, porque como digo al comienzo,
el cabildo matacabras, va por él o por ti (o usted), que es lo mismo.
Porque
sabido es, que como su pensamiento se extravíe o se escape, como cabra del
corral y se vaya por los cerros de Güi-Güí, u otros, y se salga de madre, como
el ganado guanil, ¡van a por él!, y tiro que te pego, con rifle peninsular
español, con lo que su propia vida corre grave peligro, de que te maten o te
dejen herido y caído por uno de esos barrancos, donde morirás como un perro –que
se decía antes (porque ahora mueren de ancianitos en casas, atendidos en
hospitales y en manos de veterinarios [los que no tienen nuestras mejores cabras
según genética y morfología científica propia y exclusiva, y por tanto
endémica)-, que al cabildo matacabras, le importa un carajo, que solo le
interesa dinerito europeo, por sacrificar cabras, para plantar sueños y no
realidades en parajes donde no crecerá nada de lo que plante y solo nace y crece
en dichos parajes lo que las cabras reforestan como siempre hicieron y gracias a
ellas tenemos la rica y única diversidad de flora que al presente nos ha
llegado, y que matando a las pobrecitas mías, las cabras, nos vamos a quedar en
puro desierto, sin vegetación y desaparecerá por siempre lo autóctono, como lo
endémico, y todo por ese afán recaudatorio y de meter dinero sea como sea en esa
institución que solo piensa en multar a gente del campo con ese ejército de
parásitos del miedo ambiente, que otra cosa no hace sino multar a troche y
moche, porque de lo contrario no habrá dinero para sus nóminas, por no hacer
nada y no dejar hacer algo. Así, que, lo dicho: amarre bien a su baifo (¡vamos
su mente, imaginación o memoria!), porque como se le escape pierde usted la
cabeza, porque el cabildo a todo lo que le huela a cagarruta de cabras, ¡tiro
que le pega! Y, toda vez que el que avisa no es traidor, le repito: amarre bien
su baifo, no sea se le escape y un peninsular de españa, venido de Doñana, con
permiso del cabido matacabras, le mande a usted al paraíso terrenal, ¡vamos a la
otra vida!, donde según los Testigos de Jehová compartiremos vida eterna con
cabras, cabrones, baif@s, y el Arca de Noé entera...
El Padre Báez.
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“... por qué...
conspiran... gobernantes, sean sensatos... van a la
ruina...” (salmo 2). / “... que los montes traigan paz... defiendan a
los pobres (pastores) y se apiaden de los indigentes...”
(salmo 71). / “... pastor, que das la vida por el
ganado...” (de las preces de Laudes de
este Domingo).
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