Gran Tabaibal de
pena...
... donde se nos van los pastores, y no a la Extremadura, sino que
desaparecen. No se olvide el cabildo les robó las tierras de pastoreo para
plantarlas de los estériles pinos, pues que se nos van, porque envejecen, y se
mueren y no se les ve el relevo o sustitutos. Nada se fomenta la profesión más
antigua, y no me refiero a la prostitución, sino a la de cuidar el ganado, del
ganado.
Están quedando los últimos pastores, y cada vez con menos ovejas dada
las edades de los mismos y la persecución por parte del miedo ambiente y del
seprona que no los dejan ni respirar, es decir el cabildo les da palos de
muerte, el mismo que en lugar de ovejas defiende, potencia, cuida, fomenta,
gasta millones en su reproducción y cuidado, y me refiero a unos pájaros grises
a los que ellos, los del cabildo han dado en llamar azules, ¡y es mentira!,
pues que los rescatan y no a las ovejas. Nada le importa al cabildo
desaparezcan los pastores, cosa que procuran y aceleran, pero, contrario a
ello, andan detrás de unos pájaros que no existen, pues nadie los ha visto,
porque es que no los hay, pero en recuperarlos andan décadas, ¡y lo que te
rondaré morena!, pues en ello andan y les plantan pinos, para que vuelen y
vuelen sin pisar tierra donde algún lagarto les puedan hacer daño. Y, hablando
de lagartos, es noticia que en este Tabaibal, nazcan cincuenta crías de
lagartos, y no que las ovejas y cabras paran respectivamente corderos y baifos.
Y que luchen y en ello se entreguen de alma y cuerpo a evitar la desaparición
de los pinzones o pájaros grises, y no que luchen de igual forma y manera por
los animales que nos dan leche, carne, queso, estiércol, pieles, lana, trabajo,
dinero, etc., ¡es de pena usted, de pena! Todo un consejero de Miedo ambiente
defendiendo pajaritos grises, y no ovejas y cabras rucias, y que el nacimiento
de cabezas para la cabaña se aumente no sea noticia y sí que nazcan lagartos,
que lo de gigante es una trola mayor que una catedral, porque como los pájaros
que no son azules, los lagartitos son lagartos normales, a ver si alguien cree que son cocodrilos de
tres y cuatro o más metros los dichos lagartitos, que no pasan los más grandes
de 35 centímetros y sin llegar ¡ni uno!, a medio metro. Se extingue el pastor y
no pasa nada; está en peligro unos pájaros que ni ponen huevos, ni dan leche,
como los lagartos, y andan preocupados de éstos y no de aquellas y sus ganados.
Cabildo: ¡recupera pastores, ovejas y cabras!, y ¡déjate de pajaritos y
lagartas -porque también las hay hembras- que también ponen huevos, pero nadie
los lleva a una tortilla, ni batidos, ni nada. Comida para este pueblo que pasa
hambre y le falta trabajo, y menos jaulas de pájaros, y menos zonas reservadas para
lagartos, hombre, ¡por Dios! Haya cordura, sensatez y prudencia. Y que en lo
segundo colabore el Gobierno..., ¡es que tenemos un gobierno lagartero y pajareril!
¡Ah, y me se olvidaba -como dicen los
españoles de pueblo!-: el cabildo sigue la ruta o vuelo de los dichos pájaros,
para reforestarles dichas zonas, ¡de demencia y locura!, y les van a plantar
pasillos de pinos por donde vuelen sea por encima de su finca, terreno, cercados,
etc. Para las cabras y cabrones (no es un insulto, sino el macho de las
cabras), ¡nada!, para lagartos y pájaros, todo y más. Pues eso, ¿los pondrán en
botellas con o de licor de lagartos?, ¡lo dudo! Lo dicho: consejeros
lagarteriles que se ocupan de esos bichos repelentes y repugnantes, porque
están en peligro de extinción. ¿Y las cabras y ovejas con sus pastores no están
a punto de su extinción? Dicho queda, la imbecilidad en el poder. Resumen:
gobierno y cabildo defienden pájaros y lagartos, antes que ovejas y cabras...
El Padre Báez.
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“... comían, compraban, vendían, sembraban,
construían...” (Jesucristo: Lc. 17, 26-37). / “... alas... para volar...” (salmo 54). / “... debemos procurar
no perdernos...” (de la homilía de un autor del siglo segundo).
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