Importancia de la caricatura del morales
matacabras...
... todo lo que un servidor ha escrito, no tiene nada que ver con lo que
ha dibujado Padylla en LA PROVINCIA el Domingo último. Con unos pocos trazos ha
dicho más que nadie. Ya se sabe que la caricatura es la ridiculización y el
resaltar un aspecto del ridiculizado o caricaturizado, el de nariz grande pues
un hombre colgado de la una nariz, el lo que sea, eso aumentado, y que le pongan
cuernos -de cabra- a un presidente, es como mandarlo con las guaniles, por los
riscos y laderas, y que se cuide bien no sea le peguen un tiro.
Y digo sobre el
valor de la caricatura, porque un filósofo razonaría largo y tendido además de
enrollarse, el científico haría lo mismo y de forma incomprensible, y nada
digamos el matemático con una retahíla de fórmulas para decir lo mismo que un
patán diría con un refrán o dicho, pues a este último grupo del saber pertenece
Padylla y los que como él, se dedican al arte de caricaturizar -¡como lo hizo de
bien el Sr. Padrón con un servidor, que hasta en publicación de imprenta me ojea
el que quiera en su libro- que como se dice en literatura de López de Vega, “si
breve doblemente bueno”, y en el caso del dibujo, con una imagen que vale más
que mil palabras todo está dicho con unos cuanto trazos. Así habla un
caricaturista de morales y un servidor así lo interpreta: disfrazado de cabra, y
con cuernos, ya no es burla ni tomadura de pelo, tampoco falta de respeto, sino
el mejor cuadro que debiera figurar en esa lista de los pintados a cada
presidente de una institución, que con el último no ha podido bajar más abajo,
pues como las cabras, anda por los riscos. A mí, me hacen esa caricatura: y no
salgo a la calle, y si alguien me llama respondo con un balido: ¡¡¡veeeeh!!!,
¡¡veeeeh!!, ¡veeeeh!...
El Padre Báez, que comenta una caricatura, con demasiada
piedad, para no caer en el pecado de faltar al amor al prójimo, aunque como
dijera Jesús, si tu hermano se equivoca, corrígelo, y es lo que estoy y voy a
seguir haciendo, hasta que de señales de arrepentimiento y satisfaga por su
culpa. Y si calla, ¿no será porque las cabras no
hablan?
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