Comentario a la foto de la cabra tabaibera
muerta:
La de una cabra matada a tiro, y que sale en la prensa
(tomada de un correo electrónico y que antes vi en LA
PROVINCIA):
Es hermosa como ejemplar; ¡parece va a saltar, ágil,
veloz, rápida, amiga de riscos y enemiga de pinos y similares, y tan fuerte y
gorda como era! ¡Una gran pena, verla tan hermosa, llena, y seguro que preñada!
Era mocha (sin cuernos). Tenía el
mejor color; la llamaban salvaje, y la creían sin dueño. En ese fondo gris del
risco o peñasco por donde saltaba y cogía el sol. De fondo la verde hierba que
ya no volverá a yantar, a comer y rumiar,
y justo donde no se ve nada plantado por el cabildo y aunque fuera, no
era para matarla. Ningún daño hacia a nada, ni a nadie. Y la
y sí
mató el cabildo. Si la miras, parece que con su ojo
abierto, nos pregunta (como si hablara): ¿por qué?, ¿qué daño les hice? ¿Dónde
ahora mi macho (el cabrón), y mis hij@s (los baifos de otros parto)? ¿Por qué me
mataron? ¿Acaso hay ejemplares más hermosos que l@s guaniles? Observen no estoy
canija, como las cabras de corrales comedoras de piensos y químicas, a las que
les prohíben pastar y andar libres como nosotras. Es mentira que nos guste
ramonear: pinos, cipreses, cedros, etc. Solo comemos hierbas y arbustos como:
escobones, teheras, azucareras, vinagreras, etc., ¡y hasta juncos!, pero jamás
comimos: tabaibas, beroles, y otras basuras protegidas. En cuanto a las plantas
protegidas y autóctonas, las reforestamos al llevar el polen en nuestro pelo, y
las semillas en nuestras cagarrutas, que depositadas en el lugar apropiado y en
espera del agua ya tienen hasta el abono de inicio; somos las que desde siempre
hemos mantenido la vegetación o flora existente, y sin nosotras -científicamente
demostrado por el mismo cabildo que permitió mi muerte- desaparecerá la flora,
por más que endémica o como sea. Nunca pensé, que mi curiosidad me costara la
vida, y no por una caída sino por un tiro que no merecía, sino la máxima
protección, por pertenecer a la mejor clase de cabras que haya en el mundo.
Ecologistas de pacotilla, de menos de dos dedos de frente, maniáticos y
fanáticos, están contra nosotr@s, y entre el reino animal-vegetal, prefieren a
las plantas, las mismas que nosotr@s respetamos, pues depende de ellas nuestra
supervivencia (y ellas las plantas- necesitan de nosotras, para seguir
existiendo, y disculpen me repita. Ojalá esta muerte sin razón, sirva para que
no se siga cometiendo este gran atentado contra la vida. ¡Ya fueran hinduistas,
y vieran en nosotras toda vida a defender y acabe esa guerra que nos tienen
declarada! Sea ese mi testamento...
El Padre Báez.
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Vean y lean lo muy acertado del compañero y amigo Juan
Santana Alonso, el de “Calentito” en Canal
4 de televisión (Telde):
la publicación de Juan Santana Alonso.
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“... ¡Dios me
libre de abandonar la ley y nuestras
costumbres! No obedeceremos...
desviándonos...” (I Mac . 2, 15-29). / “... llegará un día en que tus enemigos te
rodearán, te sitiarán, apretarán el cerco, te
arrasarán...”
(Jesucristo: Lc. 19, 41-44). /
“... las cabras... las matan impunemente...
los pastores, no les perdonan...” (Zacarías. 11, 4-12,
8).
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