Los
niños tabaiberos, huyen de morales...
... es el sueño que tuve anoche: Jugaba un grupo de
niños, y sabido es, lo crueles que suelen ser los chiquillos, incluso con algún
compañero de clase con alguna disminución física, que les hacen perrerías, se burlan
de ellos, los acosan, y hasta les pegan, pues, que -en el sueño-, juega este
grupo de niños, en una explanada donde al fondo se ven muchos pinos y en primer
plano tabaibas, y al fondo los riscos de las montañas con y de cabras guaniles,
y en esto ven que se acerca alguien, y cuando descubren se trata de morales, el
del cabildo matacabras y tabaibero, los niños comienzan a balar y con sus
pequeños dedos índices levantados como para hacer “pesetas”, simulan cuernos en
sus frentes y cabezas, y es tal el griterío imitando a las cabras que
tiroteadas caen, me desperté... Y recordé lo de Pedro Calderón de la Barca, que
dijo: “...y los sueños, sueños son...” Pues, que -entonces- según la
cita del gran literato, deben ser realidad los sueños. Tal vez, no sean tan
descarados como el dibujante del chiste de LA PROVINCIA, ni tan crueles -no
tanto como los del cabildo en sus acciones de matarifes con las cabras
guaniles- como los niños o ellos mismos, pero sí se esconden y lo piensan, es
igual o lo mismo. Es decir: que vean pasar o ir al morales, y -esos mismos muchachos
que él sacó de la noche en su Agüimes, y que fue noticia nacional y más allá,
digo, esos muchachos si no hacen el gesto de poner cuernos en sus frentes con
sus dedos al paso del morales, si lo piensan, es lo mismo-, Ya, ese sambenito,
no hay quien se lo quiete, por aquello del refrán: “¡cría (fama) cuernos, y échate a
dormir!”, es decir ya eso, ¡no hay quien te lo quite!, por aquello
también de quien:“mata un perro, mataperros para toda la vida”, que en este caso
habría que decir: “matas cabras, matacabras para toda la vida”. Y es penoso, pero
así es la vida, y así han surgido hasta dichetes o sobrenombres (o apodos) -que
de todas formas se dice-, y hasta pasa de generación en generación, marcando
por siempre a una familia. Pues lo dicho: no recomiendo que lo hagan, a los niños,
jóvenes o adultos, que me puedan leer -cosa que dudo en los más pequeños- pero
que ningún mayor incite a ello, pues aunque dimitiera y su acción sea
inconfesable y reparada, merecen como humanos, el respeto que ellos no han
tenido por y para las cabras, y -como para las mismas cabras- ¡el máximo
respeto!
El Padre Báez, en espera de la reparación del
cabricidio, para dejar de soñar, cosas inconfesables y que no me atrevo a
reproducir en estos comentarios, por vejatorio, ofensivo, inmoral(que)es...
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“... los que estén en el campo, que no
entren en la ciudad...” (Jesucristo: Lc. 21, 20-28). / “... te alimentarías con flor de harina,
te saciarías con miel silvestre...” (salmo 80). / “... temerarios y suficientes... son como animales... se
corrompen... cobran por daño... ¡qué asco!...se saben todas las mañas de la
codicia... se dejan sobornar... vocean vaciedades... y cuales cerdas lavadas
vuelven al fango...” (del primer papa, san Pedro en: 1Pe. 2, 9-22). / “... superan a los lobos... más
temibles que leones... nos embaten... nos acosan...” (de las homilías de san Juan
Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo).
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