Nuestras
cabras, cabrones (y cabritos) y baif@s del Gran Tabaibal...
... nuestras cabras son especiales, son únicas y
excepcionales, las mejores del mundo, y sobre todo las llamadas guaniles, que
son a las que me refiero, las que mata el cabildo. Nuestras cabras son solicitadas
y deseadas internacionalmente, dadas sus características genéticas y
morfológicas, una especie singular y endémica y propia en exclusiva de este
lugar, dadas las condiciones de su alimentación y libertad, que las ha ido
cambiando y mejorando la especia, y tanto que las hacen diferentes o distintas
y una nueva nomenclatura o raza.
A pesar de todo esto, y lo que a continuación
añadiré, el cabildo decide acabar con ellas y desaparecerlas del mapa (lo que
otros desean, el cabildo desecha). Nuestra cabaña cáprica, si hubiera que
retirarlas de un sitio determinado, se puede hacer sin matarlas, partamos pues
de este principio, pero sigamos sobre el estudio de las características de
nuestras cabras, cabrones y sus crías. Ante el mundo animal, nuestras cabras
son sorprendentes y la envidia mundial del sector ganadero. Digamos antes de
seguir -no se me quede en el tintero- nuestras cabras, son las efectivas y
reales favorecedoras de la biodiversidad y de la biomasa, y el cabildo
matacabrero que tenemos ignora y desprecia este valor superior que poseemos, ¡y las matan! Y lo
extraordinario es que acaban con la perla ganadera que tenemos cruentamente, en
lugar de defenderlas y extenderlas y reproducirlas de cara a una mayor y mejor reforestación
que la humana dado que lo han hecho siempre, y que lo hacen como desde toda la Historia,
paralela a la nuestra y gracias a ellas, hemos tenido un edén o jardín que
justo viene a menos en la medida que desaparece o se disminuye el número de
cabezas de la cabaña cáprica o caprina. Tal es así, que comparadas estas cabras
con las de los corrales o en chozas caseras, éstas, las guaniles se las puede y
deben llamar una raza nueva y distinta, dada sus características al adaptarse a
un medio distinto y tener una alimentación sana por ser natural. Hablo de raza -y
vuelvo sobre este asunto- son una raza, habida cuenta se trata de unas cabras
(cabrones y sus crías), con un genotipo
tal, que les deviene por una genética distinta y una morfología nueva
adquirida según su hábitat y alimentación, que las hace casi como becerros, en
corpulencia, elegancia, eficacia, resistencia, fuerza, firmeza, presencia,
etc., etc. Son diferentes, y el cabildo que tiene la obligación de defenderlas,
preservarlas, multiplicarlas, ¡las
mata!, es irracional y de demencia, sin sentido y sin lógica alguna que
justifique este magnicidio caprino. El cabildo se está cargando -matando- un
patrimonio genético propio, sin nombre (los animales y la acción contra ellos).
El cabildo de un tal sr. morales, sin moral, quiere acabar con las mejores
cabras, a las que se le dan caza (y defiende y procrea pajaritos grises y
lagartos)...
El Padre Báez, que seguirá con este drama en el
campo tabaibero (antes canario).
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“... ¿hasta cuándo buscaréis el engaño?...”
(salmo 4).
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