pollitos...

Los “pollitos” de Antona...

... Barranco que baja desde Las Lagunetas y pasa por Utiaca, pero que a la altura de La Lechuza, por donde las tierras de Don Antonio Bravo de Laguna, por debajo de la Persa de Lorencito, tenía en dicho lugar a una familia venida creo que desde Ariñez, que hacían de medianeros o arrendatarios, o simples cuidadores y trabajadores, que con sus hijos e hijas, eran conocidos como “los pollitos”,

nueva referencia a lo que las gallinas han dado de sí, más allá de los huevos, pollos y carne, que no habiendo nadie sin apodo en el campo, o sobrenombre, con el que el vulgo “bautizaba”, desde un incidente o hecho ocurrido en el pasado a toda una saga familiar que llevarían este san Benito de por vida y que se heredaba y hasta sin saber de dónde venía, y es el caso, que aquellos niños, compartiendo clases en la escuela del Mesón (en La Lechuza), eran torturados por sus compañeros, con el simple “¡pío, pío...!”, ahora adoptado por los seguidores de la U. D. de Las Palmas, que como es lógico hacía rabiar y atacar en defensa a los así llamados, cosa que les molestaba y mucho, pues tenían sus nombres y sin embargo, eran llamados con ese calificativo. De paso, no olvidar, que otras familias, son todavía llamados “los cabras”, en La Lechuza y San Mateo, al ser parientes; o aquellos otros conocidos como “los grillos”, y ahora para ofenderles y hacerlos rabiar, sin llamarlos así, bastaba con mover una piedra -por si por debajo de ellas, donde según uso y costumbres, se suelen esconder los mismos, con lo que arremetían contigo con patadas y puñetazos, cuando no con pedradas al huir de ellos. Esa era la astucia y sagacidad de aquellos espabilados tiempos, hoy entregados al móvil e idiotizados, sin referencia a otros animales que no  sean los de dibujos animados...

El Padre Báez, asociando a tantos animales (gallinas, cabras, grillos, etc.), referencias de sobrenombres o apodos a las familias que al volverse capitalina, pasan a ser conocidos por sus nombres de pila o apellido, pero borrándose esta bonita tradición en la que las cabras, como las gallinas (los pollitos) o/y grillos, estaban más allá de sus chozas, gallineros o jaulas (o libres, como las cabras a las que el cabido contrata a gentes de anda-Lucía, para que nos las maten, porque dicen estas lumbreras que son especialistas en matar cabras, acabando así con las que fueron referencias de segundos nombres para tantos y tan variados otros.

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¡Fantástico! Mejor que huela eso, que no a otra cosa, ¡digo!, ¿no?:

Ya he llegado a la casa de mi madre y huele a cabraGRAN CANARIA TV

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“... mantengamos el corazón entero...” (salmo 85).