jueves, 28 de julio de 2016

les informo...

Les informo, mis amigos...
... dado que tengo en mis contactos la inmensa mayoría de los distintos medios de comunicación (radio, televisión y prensa escrita) más otros medios como este de internet y demás, aparte los nombres propios de infinidad de personas (muchos de ellos reenvían mis correos a los suyos, con lo que se multiplica cada comentario de un servidor en varios millones, a pesar de su sencillez), el mensaje que estoy enviando de SALVAR VENEGUERA, está teniendo una respuesta masiva y tan numerosa que me es imposible leerla toda por falta material de tiempo, dado que en apoyo a esta idea de SALVAR VENEGUERA, se apuntan todos (o casi todos) pasan de mil las respuestas apoyando esta idea y dando diversos modos de actuar, pero entre todas, ninguna como la del amigo y abogado Don Juan Francisco Ramírez, que lo justifica con razonamiento y exposición como ninguno, y si no léanlo (ya ve que esta noche les libreo de mi comentario diario nocturno, para darle prioridad al comentario del citado letrado, gran contertulio y defensor del derecho, de la ley, de la democracia, etc.:

Don Fernando (Padre Báez); ¿Vivimos en una democracia plena? Esta es una buen pregunta, que, cada cual deberá plantearse; pues, desde un punto de vista político y social, en un sistema auténticamente democrático, los ciudadanos no tendríamos que vernos obligados a reclamar, periódicamente, a los representantes políticos que hagan una u otra cosa; en un sistema democrático de verdad, los representantes políticos estarían al servicio de sus conciudadanos; por lo tanto, no haría falta estar exigiéndoles o rogándoles que no postulasen leyes contra los intereses de los representados, y menos aún contraria a sus costumbres, es decir, los políticos en democracia, se deben de manera exclusiva y excluyente al conjunto de los intereses generales del pueblo.
Mencionar, a título de ejemplo, unos cuantos supuestos, en los cuales los ciudadanos no tendrían que estarles pidiendo, periódicamente, a sus representantes políticos una u otra cosa; es decir, caso de funcionar, la clase política, en forma plenamente democrática. Citar sin ánimo de exhaustividad, los siguientes supuestos:
    a) No habría que pedirles, que derogasen una Ley del Suelo que el pueblo rechaza pública y abiertamente;
    b) No tendrían, los ciudadanos, que pedir que no maten a las cabras;
    c) No tendrían que pedírseles, que no privaticen la sanidad pública;
    d) No tendrían que pedírseles, que se invirtiese en educación pública;
    e) No tendrían que pedírseles, que sea derogada la reforma laboral impuesta;
    f) No tendrían que pedírseles, no atentar contra el patrimonio natural;
    g) No tendrían que pedírseles, ¡SALVAR VENEGUERA!
    h) Etc..
En conclusión; un pueblo en que su clase política respetase, de mutuo propio, la voluntad popular, es decir, la democracia en su más amplio sentido; en tal caso, sus conciudadanos no tendrían que estar reivindicando ser oídos, pues sus representantes políticos, estarían al servicio de sus conciudadanos en general, y, nunca en favor de una u otra clase en particular, con independencia de las cuestiones del dinero; en un sistema democrático que se precie de tal, prima la voluntad popular por encima de cualesquiera otros intereses por más rentables que aquellos pudiesen resultar. Quizás, algunos, me tilden de idealista; tal cosa, me parecería un título de enorme valía en la sociedad de hoy día. Estimado don Fernando (Padre Báez), me congratula ser un seguidor de sus postulados; por más que de "Quijote" u orate pudieran tratar, pues los más claros avances acaecidos en el devenir de la humanidad, han sido protagonizados por seres que, en su momento, sus congéneres trataron de ilusos seguidores en pos de quiméricos sueños, luego, más tarde, configurarían realidades aceptadas por todos. Recordemos; algunos de los reconocidos, hoy genios, antes locos; sin agotar la larga lista: Galileo Galilei (1564-1642) "Eppur si muove" (y sin embargo se mueve); un innovador y padre de la energía libre, NiKola Tesla (1856-1943); o  el descubridor de la teoría de la relatividad, Albert Einstein (1879-1955). Todos ellos; considerados locos en su día, por parte de los dogmáticos; luego serían reconocidos genios.
Finalmente; en referencia a las normas legales que rigen la vida en sociedad; conviene hacer mención en razón a lo expresado en las líneas precedentes, a lo expresado por un gran pensador del s. XVIII; entresacando del legado de su obra, la siguiente frase: "La soberanía no puede ser representada por la misma razón de ser inalienable; consiste esencialmente en la voluntad general, y a la voluntad no se la representa; ...Toda ley que el pueblo en persona no ratifica es nula" (Jean Jacques ROUSSEAU, "El Contrato Social", SARPE, Madrid, 1983 - Pág. 147).

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“... mira que estamos alerta...” (del himno de Vísperas de hoy). / “... ¿qué ganan con tanta muerte?...” (salmo 29). / “... le apuntamos el delito...” (salmo 31). / “... se han encolerizado la gente... y ya es tiempo de que sean juzgados... porque es que han arruinado la tierra... los acuso...” (Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12a). / “... y así, alcanzaremos la meta...” (1P 1, 6-9). / “... derriba del trono a los poderosos...” (la Virgen María, en el Magníficat). / “... me consagraré a ello, en espíritu, en alma y cuerpo hasta conseguirlo...” (1Ts 5, 23).

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