martes, 12 de julio de 2016

no seas...

“¡No seas gallina!”...
... es lo que nos decían, si decíamos en casa: “¡fulanito me pegó!”, y ello, de parte de nuestros mayores que nos decía nos defendiéramos, pues el ser cobarde era sinónimo de ser como una gallina, que cuando se ve apurada, al ser cogida se agacha, como para defenderse en lugar de saltar. Ya ven, mis amigos, cómo las gallinas estaban presentes en la vida de nuestra infancia y juventud, que en este caso eran puestas como ejemplo y modelo de atemorizarse y tener miedo y no hacer frente no siempre a un enemigo, o circunstancia, sino a cualquier actitud, noche o peligro; se nos estimulaba y animaba a ser gallos, que canta y se crece y no gallina que se apoca y reduce.
Todo un mundo en torno a las gallinas, que hermanas de las cabras, están desapareciendo de nuestras vidas, cuando tanta era la presencia de unas y otras en un pasado no tan remoto, que recordamos con añoranza, y que debiera volver, pues hay en torno a ambas toda una rica tradición, costumbres, anécdotas, filosofía, etc., etc. Así pues, escuchar esa frase, era todo un estímulo, a ser valientes, a superarnos, a hacer frente a la vida, a envalentonarnos, y toda una enseñanza, que provenía de la naturaleza que nos rodeaba, y que era fácilmente comprobable, con solo observar el comportamiento de las mismas, huidizas, temerosas, asustadizas, pues basta que oigan un ruido o estampida, para que de inmediato se sobresalten con su típico cacareo de susto.
El Padre Báez, extrayendo del mundo animal, como cuando de las cabras, al que volveremos en exclusiva ya pronto (tenemos un “documento” del miedoambiente enviado a Don Pedro Toledo, que es tropelía e insulto a la razón y nos va a dar materia para sendos comentarios muy enjugosos),  que de las gallinas, lecciones en ese caso a no imitar, por su humildad, sencillez, y poco amigas de peleas, y de defensa, pues sabido es que si un zorro -que aquí, hasta que no los introduzcan no los tenemos-, vaciaría un gallinero y no porque se las coma, sino porque las matarían a todas, como el cabildo a las cabras.
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Sabia respuesta de Isidro Santana León, a esta preocupada abuela, que me dijo:
@Padre Báez ¡Me encanta su programa y el paisaje de mi Gran Canaria! Pero me horroriza su vocabulario, no se lo podría poner a mis nietos.

Pues que le ponga el vocabulario de los políticos para que no entienda nada y así lo sigan engañando.

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