viernes, 13 de julio de 2012

San Pedro de...

San Pedro de las Cumbres:


Exactamente, sería San Pedro del Saucillo. El caso es, que en mi infancia, y en aquellos tiempos sin televisión, nuestros padres no hablaban y contaban cosas: mi padre, de los guanches, de la guerra, del Corredera, etc.; mi madre... recuerdo fue ella, la que me habló o contó (junto con mis hermanos, de las Fiestas suspendidas, en el Saucillo, que tiene su mejor estampa y panorámica, desde La Lechuza, y toda vez que cual Himalaya o Pirineos, Everet o nuestro Teide particular, nuestro mirar a las  montañas, fue un día la información:

“... allí, antes, se celebraba una Fiesta, para la gente de la Cumbre, pero como los hombres bebían ron, y por celos con las mujeres, porque si alguien le piropeó o miró a su novia, ¡ya se arma la trapisonda!, se sacaban los cuchillos, y siempre corría la sangre, razón, por la que las autoridades, suspendieron dichas Fiestas...”

Ya luego, organizador de campamentos de Navidad y Semana Santa en las inmediaciones del Saucillo, bien en su misma base, o desde La Piletilla, o El Hortigal, la visita al Saucillo, era obligatoria, y en más de una ocasión celebramos el Vía Crucis, subiendo hasta la Cruz (o cruces). Y una vez allí, el contar la historia, según me la contó el cura de San Mateo, en su tiempo Don Manuel de la Coba y Socorro, que según él, en el Archivo parroquial, había un documento que narraba lo siguiente:

“... que allá por el mil setecientos y no sé cuanto, un barco de emigrantes a América, naufragó frente a la costa de Gando, al partírseles el mástil, éste flotaba y con tan buena fortuna, que agarrados a este palo gigantesco los náufragos, entre la tormenta, hicieron una promesa: que si salían con vida del mar, traerían el palo-mástil, hasta la montaña más alta que desde alta mar se divisaba (el Saucillo), y toda vez, que llegaron con vida a la costa, cumplieron la promesa, y trajeron dicho palo hasta el lugar, le colocaron, después de partirlo en dos, y formar con los dos trozos, la cruz pertinente...”

Conste, que acampando y explorando el lugar, un servidor, pudo encontrar distintos goros o círculos de piedras, donde puede adivinar, era el paseo central y emplazamiento de la Fiesta, y ello, por la cantidad de chapas y restos de botellas, muy viejas a juzgar por su modelo o estilo, con lo cual verificaba el lugar exacto y de paseo y copas delas fiestas extintas.

Pues, que hace cosa de unos años atrás, un maestro de escuela, en Camaretas –o algo así (una AA.VV.), se propusieron revitalizar y volver a la tradición, y rescatar dicha Fiesta como propia por la cercanía,  para lo cual fui invitado y celebré la Eucaristía el día de San Pedro, que es a quien se festejaba; hubo –recuerdo- buen sol y mayor polvareda, pero sombra y comida después de la Misa, con la pertinente “romería”, hasta donde la cruz, ahora sustituida por una de hierro y cemento, y la original en el suelo, junto con muchas otras cruces, como fruto de distintas promesas, donde también capillitas con distintos santos y monedas a ellos dadas. Y es el caso, que entonces supe, que los asistentes a dichas fiestas eran numerosísimos, si tenemos en cuenta la Cumbre estaba muy poblada de pastores, agricultores, y gentes venidas de Ingenio, Agüimes, Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana, Tejeda, San mateo, Valsequillo, Telde, etc., etc. eran una multitud, y de ahí, los follones y peleas ya citados.

Pero, hay algo, que me gustaría encontrar entre retamas, que según me dijeron, en tiempos atrás (siglos XVII y XVIII), sin cementerios donde enterrar a sus muertos, los traía por esas cumbres a enterrar a San Mateo, y justo donde las Fiestas –en la faldas del Saucillo, a su derecha y en la base, hacían descanso con el difunto en una especie de pequeña capilla, a tal fin construida, cuyos cimientos perdidos, deben estar entre las dichas retamas y otras malezas de la tierra protegida, donde a la vista del Pueblo de San Mateo, se descansaban con el difunto allí colocado, mientras se reponían fuerzas, para seguir con el féretro o parihuelas, por aquellos parajes por donde sus espíritus seguro nos acompañarán, y rezaremos por ellos.

Pues viene este largo relato, para decirles, que mañana, día 14 de Julio (sábado a las 12,30 horas, la Santa Misa) celebraremos la Fiesta rescatada hace cosa de una decena de años, y que por segunda vez, he sido invitado a celebrar, presidir y predicar. Todo ello, por si quieren conocer y disfrutar de una originalísima Fiesta que hunde sus raíces, en todas estas Cumbres, honrando y venerando al apóstol que es piedra de nuestra Iglesia y fe, y al cual en la semana de 22 al 29 de este mismo mes, con un grupo de cincuenta romeros, tendré la alegría y el gozo de estar junto a su tumba, y esta Fiesta en la Cumbre (en El Saucillo), va a ser como un preámbulo de dicha visita.

El Padre Báez.

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