lunes, 14 de febrero de 2011

    ¿UNIÓN DEPORTIVA?
 
    Me parece hay muy poca unión, y menos deportividad. Vemos a los jugadores cuales chicos de la prensa rosa, ocupando portadas e interiores como modelos, de ropa -y si salen todos juntos, de peinados-. Se ha endiosado al que meta un gol aunque sea de empate, y se le idolatra, cual si fuera un ser trascendental, y el muy engreído a conceder entrevistas. Todo esto hacen, menos jugar. Pero, pasa que son de procedencias tan distintas, que es difícil unirlos; pasa que están duros como piedras con músculos petrificados, faltos de elasticidad y flexibilidad, que son las que los tiene a la mitad entre médicos, enfermerías y operaciones (retirados del juego). A todo esto, un servidor, desde haca ya muchos años, le viene proponiendo –a los seis últimos entrenadores- que una sesión de yoga a la semana, los subiría a primera, pero nada de fantasía, sino de forma probada, científica y lógica:
 
    - les falta unión (yoga),
    - les falta elasticidad y  flexibilidad (asanas o posturas),
    - les falta concentración (salen como locos),
    - les falta relajación (se les ven tensos, distraídos...),
    - les falta respiración yóguica, profunda, abdominal... (se asfixian pronto),
    - les falta...
 
    A tal fin, les escribí un libro: “YOGA EN EL FÚTBOL”, dedicado a la UD, pero tristemente, no ha llegado a sus destinatarios, toda vez que el secretario, en Pío XII, no entregó a cada jugador y cuadro técnico, con dedicación personal a cada uno, cuarenta ejemplares; un nuevo intento después de cuatro años, dice no recibirlos porque los tiene (no debe tenerlos, sino haberlos entregado). Pero, empezando por el sr. Ramírez, con quien hablé cuatro veces personalmente con él, y otras tantas por teléfono, para que incluyera una sesión de yoga en el entrenamiento, nunca antes –tampoco todavía- fue aceptada. Y aunque resulte pedante, un servidor a los 20 años escribí el libro “EL CAMINO DEL YOGA”, Ed. Cedel (Barcelona); el dedicado a ellos, entre otros; impartí yoga en la Universidad de Las palmas de Gran Canaria (la mayoría de los profesores de Educación Física –y por ende entrenadores- han sido discípulos míos- durante un años en el Canarias 7, publiqué diariamente una sección de yoga, el mismo que llevé a las Ondas (Radio Las Palmas), al margen de asistencia y participación en diversos cursos, conferencias, charlas y la sesión sabatina de desde hace cuarenta años, simposios mundiales de yoga, etc.
 
    Estoy convencido de lo siguiente: si la UD, hiciera yoga –una sesión de dos horas semanal (y que me comprometo a impartírsela a los jugadores sin cámara y en la más íntima privacidad)-, de inmediato, se iba a ver en el resultado su eficacia, y por consiguiente mi apuesta es: que sube a primera, y cuando se ha ensayado tantos métodos y tácticas, el yoga toca a la puerta de la UD, pidiendo su oportunidad. Creo no hay nada que perder, y mucho que ganar.
 
    Reitero una vez más, lo que en diversas intervenciones en radio y televisión he manifestado: la UD, mientras no haga yoga, no sube: Y ahí está el resultado (patrás y sin freno, cuando no patinando, sin poder subir).
 
    No se olvide, el título publicado a todo color, con profusión de imágenes (fotos) y en el mejor papel, a ellos dedicado, y no recibido todavía, en el que con fotos de las distintas posturas adoptadas por ellos en distintos entrenamientos y juegos, con un poco de esfuerzo, llegan a hacer bien las posturas, con los resultados de estimular todos sus órganos, aparatos, sistemas, músculos, huesos..., y sobretodo el cerebro (o/y cerebelo).
 
    El Padre Báez, que sufre –como aficionado- y aporta su grano de arena, que en este caso, es la solución, y la salvación: el yoga.

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