domingo, 27 de febrero de 2011

(168): NUESTRAS DESGRACIAS ARQUEOLÓGICAS

    Que no protejan nuestros yacimientos. Que no hagan excavaciones. Que no aprovechen los yacimientos arqueológicos turísticamente. Que no declaren distintos yacimientos bien de interés cultural (BIC). Que el patrimonio esté abandonado. Que no surja un grupo de Amigos defensores de los yacimientos. Que el gobierno y cabildo no se tomen en serio el patrimonio. Que los Ajuntas y mientos, no se cuiden de sus tesoros arqueológicos.
Que no me respondan a uno solo de estos dobles centenares de comentarios. Que la universidad no se implique en lo que le es consustancial. Que tengamos en pañales a la arqueología. Que nadie caiga en la cuenta de la singularidad de nuestros yacimientos. Que tengamos cientos de yacimientos desconocidos. Que no se estudie nuestros yacimientos. Que no caigan en la cuenta de la gran relevancia para la identidad. Que no se valore las piezas de gran valor que tenemos. Que nada diga el Museo canario, ni haga. Que no se de  a conocer el único antropomorfo en una piedra de barranco, encontrada en Balos por un servidor y entregada al Museo. Que se excave de forma semiprofesional. Que no se investigue de forma reglada. Que se hagan excavaciones furtivas. Que se hagan expoliaciones furtivas. Que hayan piezas en manos de particulares. Que se ponga en los yacimientos planchas de hierro...
    El Padre Báez, que lamenta este conjunto de despropósitos (y no están todos); por eso, vamos (voy) a seguir, si Dios (Acorán) quiere, y me da salud.

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