sábado, 5 de febrero de 2011

MARQUÉS

 
    Según tengo entendido –y uno es licenciado en Historia- la palabra o término “marqués”, procedente de la época feudal o de la edad media, se refería a aquél personaje, que sobresalía en campañas bélicas y en defensa de un reino, por lo cual era premiado, dedicándole dentro del territorio, una marca (de ahí la palabra), que quedaba bajo su dominio, cual pequeño reino, dentro de otro mayor.
    De tal forma y manera, que los habían que se iban a por el título, sin más, hacia las batallas para hacer mérito, y poder recibir este calificativo, que en cualquier caso, hace referencia a la nobleza de defender un reino y estar a su servicio. En la biografía de San Francisco de Así, antes de optar por la pobreza y humildad, en su juventud, con un grupo de amigos, y a caballo, teniendo un padre rico, se hizo con caballos a las Cruzadas, con el fin de obtener el título de marqués o conde (al que se le daba un condado [algo parecido a lo de la marca o marquesado]), pero caído de su caballo, y herido, sus sueños en un pozo, y fue mayor el título que obtuvo: ser “santo”, y padre de una gran familia (la franciscana); pero cierro el paréntesis, par recordar al duque de Gandía, futro General y santo de los Jesuitas, que renunció servir a rey (o reina) que se le pudiera morir; pero vuelvo a lo que venía: que teniendo méritos y ganándolos a riesgo  de la vida, y hacerse con un título de esa categoría era y es una cosa, y muy distinta que al Ramírez de la Seguridad y del fútbol laspalmense sea –sin más- en su día “marqués de la ramirada”, es algo que deshonra el título, y deisminuye a la realeza, porque si el rey actual, regala estos títulos a los que escriben, aunque no sean españoles –y que dicho sea de paso, lo rechaza-, pues dice que nació plebeyo, y plebeyo va a seguir, es como para enterrarse de vergüenza.
    Que méritos le viene de raza a la marquesa, duquesa y no se que más de Doña Cayetana, está bien; pero que por mor del fútbol uno suba de esa categoría, es algo que desmerece el título y a quien lo da. ¡Y qué pena, que algo tan evidente y tan de verdad de Perogrullo, nadie –borreguilmente- nadie, haya dicho ni media palabra de rechazo! Que no está bien hacer cardenal a un ateo, ni marqués al que se dedique al fútbol, pues con ello, no se deja en evidencia, sino la corruptela de comprar y ganar con precios multimillonarios con gentes de fuera, y sin más gloria que un balón pase por entre tres palos.
    En cuanto el marqués del bosque cree que en su persona ha sido ennoblecido el futbol, habrá que referirse a esta disciplina deportiva como el marquesado futbolero o futbolista; que el Vargas, diga que sigue siendo plebeyo (es como rechazar lo que sin mérito se le otorga), y es que si un rey está para estas contrariedades e imbecilidades, me cago en la realeza, y digo que sobra, sobra y está sobrada. Pues ya me imagino en el escudo de armas de los nuevos condes –perdón: marqueses- en uno un balón en fondo verde; y en el otro con fondo azul -de mar-, un libro. ¡No te digo!
    Pues éstas tenemos. A ver si a este paso, hacen marqués también a cualquier totorita de la canción (a modo de Inglaterra,que hizo noble (“señores” o “caballeros”) a los Beatles, y a Elton, y a otros especímenes, que son más basura, que méritos.
    Y, para recochineo, a estas celebridades, habrá que tratarlas como el preceptivo “señor ilustrísimo marqués de...”. En otro tiempo, los nobles, sobresalían hasta por la fe católica y su fidelidad a la Iglesia, como lo demuestra la cantidad de santos elevados a los altares y a la mayor gloria, pero éstos, que convierten los Domingos, en domingos sin Misa, y sí con mucho dios-balón, un marquesado, ¡que venga Dios y lo vea! Y al otro, y al otro por ser un buen empresario; pues si por esas, yo haría marqué a Ruiz Mateo.
    ¡Ah canallas!, cómo devalúan el término de “marqués”, regalándoselo a ateos, a laicistas, a aconfesionales, a idólatras, a... ¡cualquiera! Si los nobles de las guerras -consiguiendo con sus armas el título-, resucitaran, y vieran con esos mismos apelativos a los actuales, estoy seguro, que renegarían del título y lo devolverían, que es lo que tienen que hacer los del Mir, los Vargas, y los Bosques. Un servidor, se queda con san Juan Bosco (hablando de bosques).
 
    El Padre Báez, indignado, ante felonía tan grave, que desvirtúan a personajes de la Historia, y los cambia por los de periódicos basura.

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