No es lo mismo: lo que nos contaron los cronistas, que lo que no contaron los guanches. ¿Se puede saber, qué hubieran dicho los guanches, de haber dejado escrita su visión de los hechos y lo que sobre ellos se dijo? La respuesta es un categórico sí. De alguna forma, también los guanches escribieron: en Santiago el Chico, hay un grabado que cuenta una batalla..., y este, no es el único dato o documento. Que también está la memoria colectiva, y hay otras fuentes y ciencias.
No hay que despreciar lo escrito por gente de fuera, porque sin darse cuenta, entraron en contradicción y de vez en cuando dejan caer datos bien distintos a los generales, es decir hay que saber leer entre renglones o líneas. Luego, está el análisis y la crítica histórica. No se puede montar una historia, cuando el que la cuenta o cuentan están todos en el mismo lado.
“Alma Guanche”, mi primer libro de la trilogía sobre los guanches, cuenta la historia desde dentro, desde aquí, y el resultado es, la verdadera historia, la historia completa. Razón que llevó a decir a un recién Licenciado en Historia, después de leer tres veces mi obra: “lo que no me enseñaron en la Facultad, lo he venido a aprender en este libro del Padre Báez”.
Y todo ello, porque aquel tribunal de Comillas formado por cinco doctores, defendiendo mi tesina sobre el siglo XVI en América, la acción de los jesuitas, uno de ellos, me dijo: “usted, ve muy bien la Historia desde aquí, pero ¿se ha puesto en el pellejo de aquellos que estaban allá, tumbados bajo las palmeras, a los que les llegaron los castellanos...?” Entonces, me acordé de los guanches...
Y, escribí o re-escribí la Historia; la que nunca antes se había contado, la auténtica -y está mal que uno mismo lo diga- es que lo dicen otros, y por no caer en la pedantería o en la aparente falta de humildad, lo dejo ahí, sin más. Pero, es lo que hay que hacer con y en la Historia: entrar en el pellejo del personaje. época, hechos, etc.
El Padre Báez, que está en contra de la repetición de siempre lo mismo, sin ir a las fuentes, que nos dan otra visión: la real.
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