Estoy seguro, superaremos el complejo de inferioridad que padecemos, cuando descubramos la grandeza de nuestros padres (los guanches [canarii]), siempre y cuando intentemos imitarlos. Por ello, anda uno, dando estas pinceladas o esbozos sobre los mismos. No debemos olvidar de dónde venimos y quiénes somos. Los valores y virtudes de ellos, nos pueden ayudar. Y no debemos caer en la trampa de la universalización, perdiendo con ello nuestra idiosincrasia e identidad.
Por ello, ando empeñado en esa mirada al pasado, pero sin nostalgia infantil y copia mimética, sino para descubrir, lo que se nos ha ocultado o no se ha visto ni dicho; que somos herederos de un talante, un espíritu, unas cualidades, etc., que deben continuar al presente y proyectarse al futuro. ¡vamos a construir (ya saben ustedes, lo fácil que es destruir)!
Un pueblo, que no tiene conciencia de su Historia, es un pueblo sin personalidad (lo que nos sucede); debemos salir de esa masa informe, para poder continuar y seguir adelante. Por ello, antes de seguir, hay que pararse y mirar nuestra propia Historia (la mayor y nunca contada). Estaremos, sí en el mundo, pero como los nuevos guanches, o los guanches del presente, continuadores en lo esencial de aquellos otros que nos precedieron, pues somos sus descendientes.
Vengamos pues a lo canario, en cuanto a lo que somos: gentes venidas de África, gentes de islas (Canarias), gentes de fe católica, tres notas que nos distinguen y nos identifican, nos constituyen y nos conforman. África es nuestra cuna o raíz; las islas nos marcaron, y la fe católica que fue la luz que nos hizo lo que somos. Y es así como hemos traspasado fronteras, y somos universalmente conocidos, como distinto y exclusivos.
Investiguemos en nuestra Historia, para encontrar lo que nos forma o constituye. Busquemos nuestra alma o esencia (ver “Alma Guanche”, de un servidor), y sepamos cómo eran y qué hicieron los que nos precedieron. Dejémonos de citas mil veces repetidas y de notas para eruditos: hablemos al pueblo en general para que todos lo puedan entender y aprender; y en ello, vamos a estar y seguir. Vamos a enriquecer nuestro saber, saber de nuestros ancestros.
Estudiar y conocer nuestro pasado, es una obligación, que hará surja nuestra personalidad, un tanto oculta o desconocida. Los guanches, hombres que van desde el siglo III a.d.C, hasta el siglo XV d.d.C., unos hombres, llenos de virtudes ejemplares , y tales que los hacen únicos y excepcionales en el mundo y en el tiempo. Difícilmente, se podrá encontrar en la Historia de la humanidad mayor nobleza, valor éste -y otros- que continúa entre y en nosotros.
El Padre Báez, acompañándoles a conocer más y mejor a los guanches (canarii).
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