No hay que esperar de tarde en tarde, ni que pasen años, para encontrar algo arqueológico, sino que esto ocurre cada día, en más de un lugar y varios; ¡tanta es la abundancia de material y yacimientos, que a poco que uno se mueva algo, y vaya con ojo avizor, encuentra por doquier, auténticas maravillas, que pasan desapercibidas para el gran público o masa.
Cuando no se trata de una casa, es un poblado; cuando no es cerámica es algo funerario; huesos, grabados, etc. la isla es toda ella un verdadero museo al aire libre, esperando se ocupen de tanto como tenemos desparramado, y sin proteger. Un simple paseo, y descubres de todo.
Ya no se trata por tanto, de dar un paseo por un lugar cualquiera, sino que haces sin querer un viaje al pasado, al encontrarte con piezas que llevan cientos y miles de años ahí asomando, ahí medio por aparecer y escondidas, ¡pero que las delatan mil detalles, y más! Puede que una tumba, un camino, pinturas, etc. ¡Y lo que sorprende de muchos de estos hallazgos desconocidos, es que están intactos, nadie los ha tocado, precisamente, porque no saben que están.
Siglos ocultando tanta riqueza y valor, sin que los hayan encontrado, y sin embargo están por ahí, y pasan desapercibidos. Son las piezas de un puzle, que conforman nuestra coja Historia, porque le falta estas páginas. Sin embargo, salvo una nimiedad, no se está excavando, cuando toda la isla debiera ser un campo abierto, por descubrir sus entrañas, y extraer sorpresas y datos.
Se sabe, que cuanto está por aparecer es igualmente importante como lo aparecido; y es mucho, lo que está por aparecer, y cada día aparece algo nuevo y desconocido, y que el tiempo, ha sabido conservar. ¡Sabe Dios cuánta información por aparecer, y de qué gran valor previsible y seguro!
El Padre Báez, que precisamente por esta labor de concienciar sobre algo que nos debe interesar a todos, merece la confianza de quienes le revela información, y señalan dónde hay esto o lo otro, y por ello, hablo con conocimiento de causas, sin caer en la insensatez de decir lo más mínimo dónde está esto o aquello, para preservarlo.
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