Sin tabaibas todo sería
diferente...
“... permitid que trabajen...”
(Esdras 6, 7 y ss.)./ “... la opresión
del humilde, el gemido del pobre...” (Sal 11)./ “... un árbol que no deje de dar
fruto...” (Jer. 17, 7-8). “...
habitaréis en la tierra de vuestros padres... llamaré al grano y lo haré abundar
y no os dejaré pasar hambre... que abunden los frutos de los árboles y las
cosechas de los campos, para que no os insulten llamándoos muertos de hambre...
y planto lo arrasado...” (Ez. 36, 16-36)./ “... a causa de su esterilidad por la hoz
del labrador...” (del obispo canario [canarii] san
Agustín).
... y estas, son sus consecuencias: en primer lugar el
paro; de ahí, la gran crisis que estoicamente -distraídos con el fútbol-
soportamos; estamos drogados hasta la coronilla; somos sus víctimas devastadas;
sin dinero; sin política seria; sin actividad alguna; por tanto, sin mercado; en
permanente riesgo; con amenazas; sin cambio (solo a peor); con múltiples y
variados problemas; sin sector privado; sin sector financiero; sin un verdadero
gobierno (tenemos un simulacro de ello);
sin ajuste; sin capital; estancados;
sin gestión seria; en constante depresión (no me refiero a la psicológica, ¡que
también!); mayor debilidad (y no solo en lo físico); afectación a todos en
general; nos presionan; nos fuerzan; vivimos en restricción, vamos de recesión
en recesión; nos reducimos; no nos rescatan; vamos a la deriva; economía más que
débil muy flaca, casi moribunda, si no expirando; desempleo galopante (un 30 por
ciento, que crece); sigue la depresión; y curioso, que la gente no se subleve
(drogados por el fútbol); nada se espera ya de la política; el caos; el final,
una incógnita; irresponsabilidad política; distancia entre la clase política y
la masa (¿democrática?); democracia a menos; ¿para cuándo el rechazo de órdenes
que nos vienen de fuera?; sin ajustes, ¿no van a crecer las tensiones?; en
peligro la unión con europa; sin prosperidad es imposible la estabilidad; el
desempleo camina a ser masivo; la crisis económica no ve horizontes; deprimidos;
en paro; sin reformas; sin discusión (solo hablamos y escriben de fútbol); del
desarrollo, a la austeridad; recuperación más que ralentizada, frenada, parada;
vivimos amenazados; la soberanía en las monedas; otros sí que se benefician de
nosotros; nuestras dificultades, son sus gracias; nos perjudican las ayudas; la
oposición política, cuales lavanderas de otros tiempos, echándose trapos sucios
a la cara unos a otros, como única acción administrativa o gubernamental,
siempre fijo, y sin parar, constantemente como único programa del partido:
atacar al otro, cuales mujeres en lavaderos, sacando ropas sucias, sin que con
ello se avance un ápice, sino todo lo contrario, regreso a corruptelas
inolvidables y siempre en la memoria, y “¡tú más que yo!”, en tropelías,
compadreos, enchufes, favoritismo, etc.; mientras, la recuperación: quieta, en
stop...
El Padre Báez.
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170. Algunas de
las estrategias de baja emisión de gases contaminantes buscan la
internacionalización de los costos ambientales, con el peligro de imponer a los
países de menores recursos pesados compromisos de reducción de emisiones
comparables a los de los países más industrializados. La imposición de estas
medidas perjudica a los países más necesitados de desarrollo. De este modo, se agrega una nueva injusticia envuelta en
el ropaje del cuidado del ambiente. Como siempre, el hilo se corta por lo
más débil. Dado que los efectos del cambio climático se harán sentir durante
mucho tiempo, aun cuando ahora se tomen medidas estrictas, algunos países con
escasos recursos necesitarán ayuda para adaptarse a efectos que ya se están
produciendo y que afectan sus economías. Sigue siendo cierto que hay
responsabilidades comunes pero diferenciadas, sencillamente porque, como han
dicho los Obispos de Bolivia, «los
países que se han beneficiado por un alto grado de industrialización, a costa de
una enorme emisión de gases invernaderos, tienen mayor responsabilidad en
aportar a la solución de los problemas que han causado»[127].
171. La estrategia de
compraventa de « bonos de carbono » puede dar lugar a una nueva forma de
especulación, y no servir para reducir la emisión global de gases contaminantes.
Este sistema parece ser una solución rápida y fácil, con la apariencia de cierto
compromiso con el medio ambiente, pero que de ninguna manera implica un cambio
radical a la altura de las circunstancias. Más bien puede convertirse en un
recurso diversivo que permita sostener el sobreconsumo de algunos países y
sectores. (del
obispo de Roma, el papa
Francisco en una de sus encíclicas, la LAUDATO
SI).
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