Los
Obispos y las
tabaibas...
“... no explotes al pobre,
porque es pobre, no atropelles al desgraciado...”
(Pr 22, 22).
(Pr 22, 22).
... como adelantábamos ayer, vamos a adentrarnos en el
Documento Episcopal, o Instrucción Pastoral de la CV Conferencia de los Obispos
Españoles, y que lleva por título: “Iglesia, servidora de los pobres”, y aunque no entremos en un análisis profundo, presentemos al menos su estructura, aunque solo sea en forma de esqueleto o índice, que nos mueva a entrar en su lectura; y dada la brevedad de mis comentarios, no quiero ir más allá, y así la cosa, si se animan a abrir dicho Documento, se van a encontrar con este esquema (las tabaibas están de forma implícitas -aunque no se las citen expresamente-, en nuestra realidad social de pobreza):
Introducción. 1. La situación social que
nos interpela. 1.1. Nuevos pobres y nuevas pobrezas. Familias golpeadas por la
crisis. Las pobrezas del mundo rural y de los hombres y mujeres del mar. La
migración, nueva forma de pobreza. 1.2. La corrupción, un mal moral. 1.3. El
empobrecimiento espiritual. 2. Factores que explican esta situación social. 2.1.
La negación de la primacía del ser humano. 2.2. La cultura de lo inmediato y de
la técnica. 2.3. Un modelo centrado en la economía. 2.4. La idolatría de la
lógica mercantil. 3. Principios de doctrina social que iluminan la realidad.
3.1. La dignidad de la persona. 3.2. El destino universal de los bienes. 3.3.
Solidaridad, defensa de los derechos y promoción de deberes. 3.4. El bien común.
3.5. El principio de subsidiariedad. 3.6. El derecho a un trabajo digno y
estable. 4. Propuestas esperanzadoras desde la fe. 4.1. Promover una actitud de
continua renovación y conversión. 4.2. Cultivar una sólida espiritualidad que dé
consistencia y sentido a nuestro compromiso social. 4.3. Apoyarse en la fuerza
transformadora de la evangelización. 4.4. Profundizar en la dimensión
evangelizadora de la caridad y de la acción social. 4.5. Promover el desarrollo
integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. 4.6. Defender la
vida y la familia como bienes sociales fundamentales. 4.7. Afrontar el reto de
una economía inclusiva y de comunión. 4.8. Fortalecer la animación comunitaria.
5. Conclusión.Españoles, y que lleva por título: “Iglesia, servidora de los pobres”, y aunque no entremos en un análisis profundo, presentemos al menos su estructura, aunque solo sea en forma de esqueleto o índice, que nos mueva a entrar en su lectura; y dada la brevedad de mis comentarios, no quiero ir más allá, y así la cosa, si se animan a abrir dicho Documento, se van a encontrar con este esquema (las tabaibas están de forma implícitas -aunque no se las citen expresamente-, en nuestra realidad social de pobreza):
El Padre Báez (continuaré con varios comentarios sobre
este Documento).
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152. La falta de viviendas es grave en muchas partes del
mundo, tanto en las zonas rurales como en las grandes ciudades, porque los
presupuestos estatales sólo suelen cubrir una pequeña parte de la demanda. No
sólo los pobres, sino una gran parte de la sociedad sufren serias dificultades
para acceder a una vivienda propia. La posesión de una vivienda tiene mucho que
ver con la dignidad de las personas y con el desarrollo de las familias. Es una
cuestión central de la ecología humana. Si en un lugar ya se han desarrollado
conglomerados caóticos de casas precarias, se trata sobre todo de urbanizar esos
barrios, no de erradicar y expulsar. Cuando los pobres viven en suburbios
contaminados o en conglomerados peligrosos, «en el caso que se deba proceder a
su traslado, y para no añadir más sufrimiento al que ya padecen, es necesario
proporcionar una información adecuada y previa, ofrecer alternativas de
alojamientos dignos e implicar directamente a los
interesados»[118]. Al mismo tiempo, la creatividad debería llevar a
integrar los barrios precarios en una ciudad acogedora: «¡Qué hermosas son las
ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y
que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindas son las
ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que
conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro![119]».
153. La calidad de vida en
las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de
grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos
automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace
complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes de
energía no renovable y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas y
lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana. Muchos especialistas
coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público. Pero algunas
medidas necesarias difícilmente serán pacíficamente aceptadas por la sociedad
sin una mejora sustancial de ese transporte, que en muchas ciudades significa un
trato indigno a las personas debido a la aglomeración, a la incomodidad o a la
baja frecuencia de los servicios y a la inseguridad. (del Obispo de Roma: Francisco, en su
encíclica LAUDATO
SI).
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Nota.- Curioso que aún no he terminado
estos comentarios en torno al Documento de los Obispos, que nos ocupan estos
días, y ya son varios los Obispos -de otros tantas
Diócesis distintas-, que me felicitan por dar publicidad y hacer comentarios
sobre el Documento de ellos: la “Iglesia, servidora de los
pobres”.
A los
Sres. Obispos: ¡muchísimas gracias!
(El Padre
Báez).
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