Detrás de todo, están las
tabaibas...
(hoy las citas bíblicas
vienen en y por el correo del teniente de alcalde y concejal de Telde, después
de la LAUDATE SI).
... y seguimos cayendo, sin levantar cabeza (la
economía). Vivimos en las sombras. Nos ilumina el fútbol. Y la universidad, no
nos estudia. Sube el desempleo, no baja el paro. Aumenta (repito), el desempleo.
¡Si al menos volviéramos al periodo de pre-crisis! La crisis nos proporciona
dolor y debilidad. Si la recuperación estuviera estancada, eso sería bueno;
pasa, que retrocede, y sin freno. Recesión, es el término propio.
Y se tardará
mucho todavía (años), para poder hablar de la poscrisis. Solo crece el
endeudamiento, que continúa. No se puede gastar más que lo que se ingresa. Menos
riquezas, menos rentas. No se puede gastar lo que no se tiene. Y la crisis se
prolonga. Las viviendas suben, los comercios bajan. La industria (que no
tenemos) se contrae. La construcción nos derrumbó. Bajan los ingresos en los
bancos, también las comisiones a los distintos agentes, los abogados cierran sus
bufetes (¿y para qué seguir?). La economía es tan débil, que es imposible pueda
crecer. Nada producimos (permítanme lo recuerde con frecuencia). Y así, ¿quién
invierte? Los bancos no prestan. Baja la inflación, se establece la deflación.
Cae la economía, sube la crisis. Es el proceso de europa. No hay liquidez. No
hay beneficios. Se contrae la economía. Caen los precios. Aparecen nuevas
dificultades. No hay equilibrio. La crisis se sostiene, aguanta. persiste,
sigue. Se paran los negocios. No se invierte. Casi no hay demanda; imposible
crecer. No salimos de la inversión. Se ha impuesto -a la fuerza- la virtud de la
prudencia, y se vive en el temor de la incertidumbre, y más con una política
populista muy poco seria, que no coge el toro por los cuernos, sino con parcheos
desafortunados. Nada ofertamos, la demanda se debilita. Seguimos -pues- en la
debilidad financiera. Y esto, se prolonga, se alarga o estira. Técnicamente, se
trata de recesión, pura y dura, sin más. El sector privado, ha desaparecido. El
balance está entre lo que se ingresa y se gasta (a nivel familiar). La palabra
superávit, ya no se oye, ni se la cita; ha desaparecido. Todo está en déficit.
Los hay que se endeudaron (más gastos que ingresos). Sobran viviendas por todas
partes. La balanza es cero: se gasta lo que se ingresa. Nos hemos vueltos -sin
querer- en contables; mejor, nos hemos vuelto austeros. Y la política -distraída
con la sandez del fútbol- no entra, ni nos estimula; menos el consumo, e
imposible el ahorro. Ellos, sí que consumen. Los recortes, son para los otros.
Nos hacen pobres a la fuerza (sin mérito en esa virtud). Todo y más, por la
caída de la producción, mientras gastan en prestaciones a los desempleados. Sin
empleo, no hay economía, sino bancarrota. Y ellos, no recortan en gastos. Y solo
hacen recortes...
El Padre Báez.
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168. Como experiencias
positivas se pueden mencionar, por ejemplo, el Convenio de Basilea sobre los
desechos peligrosos, con un sistema de notificación, estándares y controles;
también la Convención vinculante que regula el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora
silvestre, que incluye misiones de verificación del cumplimiento efectivo.
Gracias a la Convención de Viena para la protección de la capa de ozono y a su
implementación mediante el Protocolo de Montreal y sus enmiendas, el problema
del adelgazamiento de esa capa parece haber entrado en una fase de
solución.
169. En el cuidado de la diversidad biológica y
en lo relacionado con la desertificación, los avances han sido mucho menos
significativos. En lo relacionado con el cambio climático, los avances son
lamentablemente muy escasos. La reducción de gases de efecto invernadero
requiere honestidad, valentía y responsabilidad, sobre todo de los países más
poderosos y más contaminantes. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
desarrollo sostenible denominada Rio+20 (Río de Janeiro 2012) emitió una extensa
e ineficaz Declaración final. Las negociaciones internacionales no pueden
avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus
intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las
consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de
conciencia y de responsabilidad. Mientras se elaboraba esta Encíclica, el debate
ha adquirido una particular intensidad. Los creyentes no podemos dejar de
pedirle a Dios por el avance positivo en las discusiones actuales, de manera que
las generaciones futuras no sufran las consecuencias de imprudentes
retardos. (del obispo de Roma, el papa Francisco, en una de sus
encíclicas, la LAUDATO
SI).
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Mucho agradezco a Don
Álvaro, que me lee a diario -me dijo en su día- y que me escribiría, hecho que
cumple. Hace un sincero y acertado comentario sobre los míos, cosa que -repito-
le agradezco. Agradezco (tercera vez), que el teniente de alcalde y concejal, se
pasee por los distintos árboles que aparecen en la Biblia, y por mi parte, no
puedo objetar nada en contra, sino que aquí como allí y entonces, siempre
existieron toda clase de árboles, y no siempre y todos fueron frutales; pero
convendrá con un servidor Don Álvaro, que la Biblia tiene en Jesús el centro de
todo su contenido y que Éste, dijo: “todo
árbol que no da fruto, debe ser arrancado”, y que pasando Jesús, en cierta
ocasión, con hambre y acercándose a una higuera al ver que no tenía higos, la
maldijo, y al pasar al día siguiente junto a ella, sus discípulos la vieron cómo
se había secado. Todo esto, no significa que la flora no deba ser diversa y haya
de toda clase, pero con moderación y no con exclusividad como es en nuestro caso
las tabaibas (y he dicho muchas veces, que con este término quiero simbolizar y
me refiero a: cañas, zarzas, retamas, etc., en definitivas “maleza o basura”,
como bien las llaman la gente sabia del campo; que sí, siempre existieron y
deben seguir existiendo, pues son creaturas de Dios, pero con un control y deben
siempre predominar la planas útiles y que den comida, sin excluir las otras. Es
decir, adornar una carretera con acebuches, ¿no sería mejor plantar olivos?, ¿y
por qué no cualquiera otros árboles frutales en lugar de cipreses, palmeras o
viñátigos, que nada dan con el hambre que vamos a pasar y ya se está pasando?
¿Hay alguna justificación exterminar los campos de pastoreo para llenarlos de
pinos? En Sevilla, y hasta a la sombra de la Giralda, en torno la catedral y en
todas sus calles tienen plantados naranjos, ¿no es un ejemplo a seguir? Pues
bien, como dice mi buen amigo Don Álvaro (de verdad y de corazón), para empezar,
por hoy está bien. Lo que me dice él, es lo siguiente:
Buenos días
Padre Báez:
Lo prometido es
deuda.... en su momento le dije que le iba a escribir algunas consideraciones
(breves) sobre sus continuos "ataques" a la flora
canaria.
Me animo hoy,
después de leer unos de sus últimos artículos donde hace referencia por ejemplo
a textos de la Cumbre de Río, o por lo... "que uno siembre, eso
cosechará..."
Interesante,
como todas sus reflexiones... algunas incomprendidas por mí... y otras más
acertadas...
Como se dice en
la "viña del señor, hay de todo"...
Con nuestras filias y fobias,
con nuestros errores y aciertos, con nuestras luces y sombras... siempre
valoramos al prójimo, a nuestro entorno
y, en general, nuestra forma de pensar, obedece a las experiencias y conocimientos que
tengamos. Indirectamente está condicionada (nuestra forma de pensar y valorar
nuestra periferia) por prejuicios, por aproximaciones, algunas objetivas, otras
subjetivas... y -repito- condicionada por la ideología y filosofía de vida que
hemos, en algunos casos, heredados o construido por nuestra formación a lo largo
de los años.
Partiendo de
esta premisa, a mi me sorprende... que usted (con todo lo que representa) en
algunas ocasiones haga referencia a determinadas plantas canarias de la forma
que lo hace (eso ya lo hemos hablado)...
No obstante, y
siendo breve para abrir este debate (exclusivamente entre usted y yo, y con todo
mi respeto) quiero hacer referencia a la flora, a los árboles que aparecen en el
Antiguo Testamento, y en el Nuevo (en toda la Biblia)... y ello, sin ser yo, un
entendido en la materia... pero sí es verdad que los árboles y las plantas que
aparecen... siempre lo hacen de manera positiva...
Así, llegamos
al olivo, a la rama de olivo, a las hojas de palmas, al algarrobero, granados e
higueras; incluso a la retama en cuya sombra se cobija un
profeta...
En fin, para ir
concluyendo, hasta 22 árboles (en algunas ocasiones arbustos) se describen en la
Biblia y, en general, en la literatura sagrada.
Disculpe mi
extensión... pero para empezar, está bien... ¿no?
Saludos
cordiales.
Álvaro Monzón
Santana
Concejal de
Medio Ambiente, Playas, Parques, Jardines, Fuentes y Planeamiento Urbanístico
del Ayuntamiento de Telde.
Cuatro Teniente
Alcalde... y sobre todo amante de la vida y de la naturaleza que nos
rodea.
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