Son importantes las
tabaibas...
“... la hierba... se seca y nadie la siega... no llena
la mano del segador ni la brazada del que agavilla...”
(salmo 128)./ “... tápate la cara, para
no ver la tierra...” (Ez. 12, 1-16)./ “... y las ovejas... son muy pocas...”
(del obispo canario [canarii] san Agustín de Hipona, en un
sermón sobre los pastores)./ “...
nuestros silos estén repletos de frutos... nuestros rebaños a millares se multipliquen en las praderas...”
(salmo 143).
... porque son la madre de la crisis que ha cambiado
esta isla (y las otras). Y, cuando digo crisis, me refiero a la económica (pues
le van parejas muchas otras). Las tabaibas cambian todo; hay que pensar las
tabaibas; y, ¿qué vamos a hacer con ellas? Nuestra economía está gravemente
enferma, moribunda. Nada producimos; no hay actividad alguna (salvo nimiedades y
desprogramada); hay libres tiradores, sin una dirección; y crecemos en número
demográfico (no por natalidad insular).
El paro o desempleo se eleva, sube sin
parar. Nos han bajado del desarrollo, y andamos en el subdesarrollo. Nuestra
desgracia, no tiene nombre. No hay recuperación y si dicen que sí, es pura
mentira, nos engañan. Se ha desterrado la que nos daba comida y trabajo (saben a
qué me refiero). ¡Si al menos tuviéramos actividad casera (o doméstica)! ¡Vaya
con la herencia que vamos a dejar a los que vienen detrás! Esto, ya no se
sostiene. Si nada exportamos, imposible crecer. Ya sin reservas, la crisis se
engorda. Aumenta nuestra debilidad (y no solo física). Las familias no tienen a
donde agarrarse. Los políticos no señalan salidas, sino mentiras. Sabemos quién
ingresa, y quiénes gastan aún lo que no tenemos. La única actividad económica
son las multas y sanciones (sabemos de quién y a quienes). Y sube -sin parar- el
desempleo. El comercio en su totalidad (salvo excepciones) en manos de gentes de
fuera, con lo que ello conlleva. El aborto, el hijo único y el retraso de
embarazos, nos ha envejecido prematuramente. No hay espacio (comido por quien
sabemos), para nada. Nos gobiernan los banqueros, que se forran a costa nuestra,
de todos. Si te prestan, luego te asfixian, te estrangulan, te roban. Ladrones
de propiedades. Y nos han cogido en la dependencia total de ellos. Nuestro
prestigio, por los suelos. Nos dominan. Ya todo es global, nada local. La
democracia pasa por las horas más bajas de su Historia. Ya sin transición,
estamos estancados. Emergen ellos, caemos nosotros. Ya casi no se compra.
Estamos en permanente desequilibrio. El futuro, muy oscuro. Estamos rodeados de
muchos peligros. Van a dejar de proveernos. Todo se desestabiliza; no nos
sostenemos. La globalización, no es la solución (y ya sufre golpes mortales).
Solo favorecemos el desarrollo exterior. No tenemos mercado, tampoco autonomía
(¡si al menos la tuviéramos local!). El problema es, que no nos desglobalizamos.
Y, en nada crecemos, sino en desigualdad. Sube el desempleo, baja el dinero. Y
la política no cambia (parchea, y hacen simulacros). Europa se va a reducir (¡ya
lo veremos!). Europa retrocede, pierde. El mercado, no puede ser único. La otra
gran crisis (además de la económica) es la cultural (intelectual). Hemos perdido
sabiduría. Todo ha cambiado...
El Padre Báez.
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De entre los varios cientos de correos recibidos como
respuesta al último de un servidor, les reenvío estos tres, cuales muestras
distintas, de lo que los míos les sugieren: Lo de P. Urbistondo S., lo
escribiría con letras de oro, y como mínimo lo pondría en primera página, y en
los espacios de todos los medios de comunicación:
1.-
“Respecto a los
refugiados (hombres, mujeres y niños), todo son palabras; nosotros no abrimos
puertas ni cerramos, simplemente no decidimos sobre tales asuntos, quedan en
manos de los papás estados: ¡ni si
quiera podemos decidir en nuestros propios campos (cultivo y ganadería)!
Ánimo”.
Germán Ramos
Ramos ¡VAMOS A DEMOSTRAR QUE SOMOS CAPACES! Lleva
el
Padre Báez una cruzada contra
los caprichosos criterios de los "técnicos" en cuanto a la ordenación de nuestro
territorio y la prioridad de su fértil suelo, que solo por "pesao”, debiéramos
hacerle caso. Provengo de una familia de agricultores y conozco el tema. Este
mensaje que nos manda el amigo Fernando no puede quedarse como un grito en el
desierto, tiene que ser compartido. Si "mi gente" lo comparte, se le acabará el
pasteleo a tanto tenique y bajarán a la arena a defender sus criterios
tabaiberos (si es que pueden), de momento se les acabará la
arrogancia.
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3.-
... he leído su
misiva y... estoy de acuerdo, he de
reconocer, que estaba muy confuso. Este cura está dando palos de ciego… nada, no
se entera… En mal momento, Padre…
estamos peor que lo que creemos… o nos hacen creer… han eliminado, a la chita
callando, la clase media, la que crea empleo, la que paga, generalmente sus
impuestos, porque de la otra clase siempre las habrá… los verdaderos perdedores
en esto llamado Europa… es la clase pudiente, sin llegar a ser nuevo rico… de
esos estamos sobrados… ¿Qué será de esto? Las profecías de los agoreros, dicen
que vienen tiempos oscuros… para luego llegar una nueva era, ya ni eras quedan,
Padre… la agricultura, se la han cargado pero sin vacilar un instante. La pesca
en otros tiempos fuente de riqueza... más de lo mismo. Las islas con una
superpoblación que es imposible sostener… están pero deambulando de un lado para otro…
predicamos en un desierto. Literalmente llamado así. Porque en desierto se han
convertido las islas… ¡que lástima, que gran lástima!, ¡que ceguera más grande!
De los profesionales de la política no deseo hablar, ellos se retratan solos,
con voluntad sola no se arreglan las situaciones… estamos tan unidos, parece un
contrasentido, divorcios por doquier, pero países cada vez más dependientes unos
de otros… si Alemania tiene tos… Europa está llena de gripe A, sí esa que
inventaron... ¡es un ejemplo! Soy muy
pesimista, mucho… o tal vez realista… no lo sé yo también… he caído en las redes
de banqueros chapuzas... y demás fauna… “el que quiera oír que oiga, el que quiera
ver que vea”… Ya se me acabaron las ideas. Hasta eso me están quitando…
Saludos (Antonio R. F.).
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160. ¿Qué tipo de mundo
queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Esta
pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede
plantear la cuestión de modo fragmentario. Cuando nos interrogamos por el mundo
que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido,
sus valores. Si no está latiendo esta pregunta de fondo, no creo que nuestras
preocupaciones ecológicas puedan lograr efectos importantes. Pero si esta
pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros
cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo?, ¿para qué
vinimos a esta vida?, ¿para qué trabajamos y luchamos?, ¿para qué nos necesita
esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras
generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia
dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable
para la humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque
esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta
tierra.
161. Las
predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos
dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad. El ritmo de consumo, de
desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del
planeta, de tal manera que el estilo de
vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como
de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones. La atenuación
de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo,
sobre todo si pensamos en la responsabilidad que nos atribuirán los que deberán
soportar las peores consecuencias. (del obispo de Roma, el papa
Francisco en LAUDATO SI, una de sus
encíclicas).
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