Yo también (un servidor), quiero ser un
hombre-cabra...
... ya los hay con ese apodo, o sobrenombre, que no es
el caso; quiero ser como Thomas Thwaitetes, el buen hombre, que cansado de su
joven vida de 34 tan frenética –diseñador gráfico de Londres- decidió
convertirse en cabra y se echó al monte con ellas, donde con sus hermanas cabras
anda pastando.
Desanimado, triste, deprimido ante las dificultades por el
maldito dinero, viendo la felicidad del perro de un su amigo, feliz, de ser
perro, optó por ser cabra, y obtener los mismos o mejores beneficios de las
cabras, y allá que se fue a un rebaño, se mezcló en su nueva “comunidad”, donde
pasar unas vacaciones disfrutando de balidos y otros usos y costumbres caprinos,
donde encontrar la felicidad que estas caprinas disfrutan (siempre y cuando no
hayan andaluces de Granada, pagados por el cabildo para acabar con ellas), que
¡dicho y hecho! Después de un periodo de reciclaje por parte de una fundación
(¡ya la tuviéramos también nosotros aquí [la Wellcome Trust]), y aunque lo
pensó, el implantarse un estómago al uso como el de las cabras, y así meterle el
diete a toda hierba (menos a los endemismos), desistió no le fuera a perjudicar
gravemente en su salud vegetariana con exclusividad y evitar las cagarrutas,
porque al fin seguir considerando su dignidad de humano, que no renunció a un
tratamiento de estimulación magnética transcraneal, para dejar de hablar y
cambiar su cerebro como el de una cabra; que antes de irse a los Alpes con las
cabras, convertido él en cabra, se preparó en anatomía caprina disecando una
cabra; que, por supuesto, dejó de caminar como los bípedos, y lo hizo en
adelante a cuatro patas, si bien con algún artilugio para las “patas” delanteras
y así nivelar la horizontalidad del cuerpo asemejándose lo más a las cornúpetas
(¡ojo, que las hay mochas!), que, como primer resultado o conclusión -entre
muchas otras- no, no es fácil la vida a cuatro patas, como es lógico y
comprobable por todo aquel que lo intente, ¡bueno verdad de perogrullo); que lo
que jode (con perdón) cantidad, es echar el peso del cuerpo sobre las “patas”
delanteras, pues la naturaleza no nos hizo cabras. Y, en este sentido, imitando
a las cabras en su andar, le fue mucho más fácil ascender o subir, por razones
obvias. Experimentó (¡qué gozada!) el silencio de los montes y de los riscos,
aquello le resultó emocionante. Por supuesto, el experimento puede valer para
concluir lo que significa ponerse en el papel de los otros, a pesar de la
diferencia, pero válido científicamente, pues al fin y al cabo, somos animales
(y a veces no tan racionales, como lo vemos en el cabildo a dos que en lugar de
imitarlas, las matan); que, el amigo Thomas, con ese apellidito, escribió un
libro (¡y es que no es para menos), que lleva por título -traducido- “El
hombre-cabra: unas vacaciones de la humanidad”, libro, que si usted lo adquiere
podrá ampliar lo que aquí les he resumido. Pero, repito: también un servidor,
quiere -quiero- ser un hombre-cabra, aunque corro el riesgo de un tiro, por
parte del cabildo, ¡seguro se darían gusto en ello y placer, dejarían de
criticarles y denunciarles. Nota, nuestro amigo inglés,
pensó imitar antes a un elefante, pero se dio cuenta que como ellos se podía
volver loco, ¡seguro, en Inglaterra, las cabras -como aquí-, no se vuelven
locas, al menos la canción así lo dice: “cabra loca, cabra loca...”
El Padre Báez, que agradece a su gran amigo Don Jacinto
Suárez de Valsequillo, él muy cerca de Tecén, que me llama y me dice busque en
google este nombre y apellido, que me lo deletrea. Pasa, que si un servidor se
convirtiera cabra, y si van y me confunden los andaluces con una cabra de
verdad, ¿cuál sería mi suerte, dejarme herido o me matarían cual cabra- a las
que ellos odian, si razón y sin motivo (me refiero al cabildo tripartido o
tripartito que los apoya)?
--------------------------------------
La Provincia echándole un
cabo al tripartito matacabras. Así minimizan la acción genocida del cabildo
matacabras asociado a tres. Usted, vóteles, que son inocentes, hermanitas de las
pobres desamparadas cabras:
Los alcaldes no atajan las
cabras
El ganado suelto provoca
daños a los cultivos y la biodiversidad por el desinterés de los
ayuntamientos
antonio cabrera
07.05.2016 | 22:12
Los alcaldes no atajan las cabras
Las cabras continúan
campando a sus anchas por todo el territorio de Fuerteventura, sin ningún tipo
de...
------------------------------------------------
Nota.- ¡Otros
que se suman a la guerra contra las inocentes cabritas de
Dios!
-----------------------------------------------
“... reposaban
en los apriscos... en montañas altísimas... en montañas
escarpadas...”
(salmo
67).
No hay comentarios:
Publicar un comentario