Y cuando maten todas las cabras
libres...
... solo habrá silencio y muerte en media isla (lo que
coge todo el macizo del Noroeste); habrá desolación y vacío; no ¡habrá
biodiversidad posible!; desaparecerá lo autóctono; todo será roca marmórea,
pétrea, macizo, piedras, riscos..., todo será desierto, cadáveres, viento, sol,
huesos, culebras, serpientes; media isla sin posibilidad económica, ni cultural,
ni turística, ni tradición, ni ganado...,
¡nada!, soledad y tristeza, miedo y
misterio..., el cabildo se habrá echado un buen puñado de euros al bolsillo, a
costa de todo esto y más: hambre, paro, delincuencia, drogas, mafia, cárcel,
asesinatos, suicidios, crímenes, muertes, accidentes..., todo será recuerdos,
leyendas, dichos, imaginación irreal..., sin cabras, no habrán baifos, ni machos
(cabrones [de los otros, sí]); habrán acabado con lo mejor de la ganadería...,
desaparecen lo mejor de la genética y morfología caprina..., habrán matado a la
raza pura, a las fuertes y hermosas, a las ágiles y sanas..., se hablará en
siglos venideros de una generación genocida, de unos políticos corruptos,
ladrones, genocidas, mentirosos..., sin cabras, no habrá ni cabildo..., el
cabildo cava su propia tumba; es el comienzo de su desaparición como
institución. Las nuevas generaciones no perdonarán a estos malvados, enemigos de
la tierra, venidos de fuera, contra la tradición, la esencia, la raíz... cuando
las cabras desaparezcan..., todo será muy triste, muy negro, sin esperanzas, sin
futuro, sin dignidad..., este pueblo será juzgado por la Historia como el pueblo
salvaje, que mató su mayor riqueza...
El Padre Báez, que sin ser adivino, ni brujo, vaticina y
hace de profeta, y adelanta lo que va a suceder en breve, en el tiempo. Todavía
estamos a tiempo de parar esta matanza, y evitar este genocidio y de borrar
cuanto escrito, está más arriba. Si este pueblo despierta del fútbol (donde lo
han metido), y del carnaval (en el único lugar del mundo donde se celebra y
habla de él todo el año), si reacciona frente a esta casta venida de fuera y de
traidores de dentro, que nos destruye la esencia, la vida, lo nuestro, y nos
deja sin señas de identidad, sin pasado, sin futuro y entierra nuestro presente.
Todavía estamos a tiempo de salvarnos de esta catástrofe que nos echa encima, y que el
futuro, no nos lo perdonará. A las puertas tenemos las elecciones, y el pueblo
sabio, sabe a los tres que van a castigar: recogerán lo que han sembrado: odio,
castigo, lo merecido, balidos de dolor, sangre por los riscos... o se van, o los
echamos a su tiempo (han hecho méritos más que suficiente, si fueran honestos,
ya hubieran cogido la chaqueta).
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La
salvajada del Kabildo
La
mafia Kabildicia no podía encontrar otro argumento más rastrero, que hacerle
creer al pueblo canario que hay que matar las cabras porque se comen los
endémicos, ¿Qué endémicos? nunca en mi vida había oído semejante
estupidez, cuando yo era niño
había miles de ovejas y cabras en esta islita de las cuales vivían
miles de familias, y ahora de la noche a la mañana nos dicen que las
cabras son un peligro para el ecosistema, ¿será que la cabras se han vuelto
ISLAMISTAS?, o será que alguien tiene previsto llenarse los bolsillos con el
dinero que viene de la Unión Europea, exterminando un ganado autóctono libre de
contaminación, pues ya saben los estragos que está causando la MOSANTOS
con sus transgénicos. El
Campesino.
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