Lágrimas por una cabra...
... así me lo contaron, así se lo cuento, también de la
visita anterior, que porque llamaron por teléfono, porque la tele seguía
encendida -aunque bajaron su volumen- fuera lo que fuera, como que lo cogí por
encima, y me falta la precisión, pero que en resumen, viene a ser lo siguiente,
o fue: que aquella cabra se puso mala, y el chiquillo,
casi muchacho, triste y
llorando acudió a dar la noticia a los suyos o vecinos, que raudos acudieron por
si salvaba a la cabra, y henos aquí -según creencia de la época y gente- le
dieron a beber vino blanco y parece que reaccionó, pero la verdad y cierto fue,
que la cabra amaneció muerta, y en este relato, no importaba tanto la muerte de
la cabra, sino las lágrimas y lloros de su joven dueño (me faltó precisar la
edad y parentesco de chico, pero volveré sobre el tema, dado que estas
Historias, son las que más me interesan, más que el fútbol, pues quien me lo
contaba, hincha del deporte rey, cuando llega la hora del programa del Padre
Báez -esto me dijo- dejo el mejor partido de fútbol –sea el partido que sea-,
pero su programa no me lo pierdo, y mi nieto, me llama y me recuerda: “¡Abuelo, que empieza el Padre Báez, cambia
de canal!”, cosa que hace con fervor y constancia, porque “no
dice sino la verdad”.
Pues relatos de la vida misma, hechos y acaecidos,
sucesos, acciones, comportamiento, recuerdos, Historias, etc., que jalonaron
nuestras vidas, y son dignas de ser conocidas, reseñadas, contadas, etc., porque
en ellas se nos fue una tradición, que no debe morir, y que moribunda debemos
resucitar y volver a lo que fuimos y tuvimos: cabreros y cabras, pastores,
vaqueros, boyeros, etc., y entonces se acabaría el paro, y de paso el hambre,
pero ciegos los que nos gobiernan en tarde de confesión para los niños de
Primera Comunión, las madres me repitieron tratando de descubrir los pecados,
que llamarlos “maná de cabrones”, ni siquiera era
una palabra mal sonante, sino un retrato real de unos sinvergüenzas que mata
nuestras cabras.
-----------------------------------
“... había un
hombre... tenía... ovejas... camellos... bueyes... burras... era rico... un
hombre justo y honrado... sus rebaños...
pastores...” (Job 1, 1-22). / “... rebaños de ovejas y toros, y hasta las
bestias del campo...” (salmo 8).
No hay comentarios:
Publicar un comentario