domingo, 15 de mayo de 2016

nació en...

Nació en Madrid, a finales del siglo once...
... Juan Vargas fue su patrono, a cuyo servicio trabajó de agricultor durante su juventud, después ya en su pequeña hacienda, junto al Manzanares, se casó con María de la Cabeza. Ha llegado a nosotros la leyenda de su generosidad, compartiendo lo suyo con los demás, su hospitalidad desviviéndose por todos, y tanto que impresiona.
Murió ya muy anciano y los que lo conocieron hablan de su caridad en gran grado y ello gracias a su fe, la que alimentaba con constante oración. Pobre y humilde, se dio cordialmente a todos. Y su memoria perdura hasta el presente. Seguro que su amor a la tierra y sus animales -lo vemos siempre (en sus imágenes) con su yunta de vacas arando-, le llevaría hoy a defender las cabras, no permitiendo ni tiros ni apañadas, sino dejándolas libres donde ellas mismas han elegido vivir: en el Macizo del Noroeste, donde ningún mal hacen, ni a nada molestan. Contemporáneo de san Francisco, a quien seguro conoció, de paso o vuelta por el camino de Santiago; tampoco el seráfico de Asís, estaría de acuerdo con que maten a las que él llamaba “hermanas cabras”, y que saltando en el tiempo, otro hombre de la Iglesia, éste que les escribe -el Padre Báez- lucha porque se respete  el lugar donde  están las cabras y respeten sus vidas (en este orden: un laico agricultor-ganadero (Isidro), un diácono (Francisco) y un sacerdote (un servidor: el Padre Báez).
El Padre Báez, que pide la ayuda  de los santos (Isidro y Francisco), para que colaboren y ayuden a entrar en razón a estos dos (Brito y Morales), que están a favor de su matanza, y por tanto de su desaparición, sin que para ello exista razón o motivo alguno, salvo el del dinero de donde robar, partir y repartir (engañando a Bruselas a la que le han dicho lo por ellos plantado no prospera por culpa de la cabras, y desde europa les dicen, pues maten las cabras, y una cabra, vale más que millones de matos que puedan plantar, pues todos los plantados, al cien por cien se van a secar por plantar en lugar no adecuado como es precisamente un Macizo, que es donde están las cabras. Es decir, son unos mentirosos, además de ladrones y por ello, sin conciencia, matan a las inocentes cabras, pues una cosa es matar, y otra controlar, pero sobre esto, les escribiré en la próxima entrega (y será el número uno de mis comentarios, pues he recabado datos de interés histórico y he tomado nota de un ex guardia jurado del cabildo ya retirado [M. S.], sin más datos, que es feligrés de un servidor, y anda más que indignado).
PD.- Hoy es su santo: san Isidro Labrador (el 15 de mayo), y su mujer: santa María de la Cabeza (un matrimonio de agricultores y ganaderos pobres).
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“... saca pan de los campos...”  (salmo 103).

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