Nueva sentencia de
muerte...
... a las cabras ayer, que hoy será ratificada. Sucedió
en el salón de actos de Magisterio-Campus del
Obelisco-ULPGC de las (hoy la segunda
jornada) sobre Biodiversidad y especies invasoras en Canarias y hoy el Debate
(previo dos charlas antes): Control/erradicación de las especies invasoras:
motivos de la controversia (Pedro Toledo, Juan Capote, Aurelio Martín y Kahina
Santana).
Pero ya ayer nos convencieron -a un servidor, no- de la defensa de la
vida (la de las cabras, no), las cabras están dentro -según expertos y
universitarios- de las especies invasoras, hace millones de años, no estaban
aquí, sino desde ayer por la tarde noche, ya cerca de la madrugada; es decir,
las cabras fueron introducidas, nosotros no, que esto fue el Paraíso Terrenal;
las putas cabras son las culpables de la desaparición de muchas especies (las
que decoraban el escenario escaparon de las cabras); ignoran que es el cambio
climático y la mano del hombre con cementos y abriendo túneles y cerrando
barrancos como sucede entre La Aldea y Agaete, los que son más dañinos que las
cabras; no aceptan que la vida no permanece inmutable y por tanto se extinguen
especies, tampoco aceptan lo de Lamarck que habla de la transmutación de las
especies, y todo evoluciona, y en ello Charles Darwin y Alfred Russel Wallace
con la selección natural, con un impulso innato hacia el cambio e ignoran a
Mendel y a otros y teorías, como el adaptacionismo y otras teorías científicas.
Pues, que se les ha metido entre los cuernos (perdón, en la mente) al cabildo,
con ayuda de técnicos y profesores -sin un solo pastor de por medio- la cabra es
invasora, y hay que volver a épocas geológicas anteriores, sin estas especies, y
para ello hay que erradicar las cabras (que no significa matarlas, pero...) Hoy
será la continuación.
El Padre Báez, que invita a
cuantos puedan se pasen por el lugar y estén enterado de lo que decide
finalmente el cabildo, aunque ya está decidido; esto es un intento de
convencernos de que lo que van a hacer está bien hecho, es decir traer andaluces
para que hiriéndolas, saltàndose el maltrato animal, nos las
maten.
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