¡Qué mal suena eso de “matar”
cabras!...
... cuando todo debiera ser un canto a la vida. Y no
matar ni a los mosquitos, que tiene una función que hacer. Han matado a las
abejas, han matado los milanos, han matado a los cuervos, han matado..., ¿van a
seguir matando? Ahora les toca el turno a las cabras, ¿y después, contra quien
arremeterán? Estos, es que se cargan el arca de Noé en pleno.
Y no, no va o no
deben ir por ahí los tiros (y nunca mejor dicho). Matar es un quinto mandamiento
de Moisés, que lo recoge Jesús y con esta frase: “el
que a hierro mata, a hierro muere (a tiro, habría que traducir y adaptar
a nuestro tiempo)”. Que eso de matar es violencia,
está mal y es muy feo. No ya el maltrato -que también-, que está hasta por
encima o a la par. Matar es sanguinario, es de mentes enfermas, son casos
psiquiátricos, ¡a saber qué insatisfacciones sexuales u otras en ello, por
ellos! Por favor, que no se retraten, se retiren y se retracten (¡valga el juego
de palabras!). No pasen a la Historia negra de la humanidad; dejen de ser
criticados al cien por cien y por todo el mundo; no fuercen a nadie a firmar
contar sus voluntades amenazándoles con el puesto de trabajo (como así me lo ha
confirmado ya siete de los firmantes del manifiesto falso). Gritemos y digamos
¡viva la vida! No más muertes de cabras, ni de ningún otro animal, incluso las
culebras, que las devuelvan al Canadá, o a de donde vinieron. Matar: ¡No! Ni una
cabra más matada a tiros, otra cosa es que se estalisque y ella misma se caiga y
muera.
El Padre Báez, vitalista, contra la muerte y matanza de
todo bicho viviente; no a los propagadores de muerte y regadores de sangre por
las tierras, en lugar de sudores en aradas, cavadas, siembras,
etc.
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Lo del hermano Paco, es como gasolina para el coche; da
ánimos y empuja, Nunca se lo agradeceré lo suficiente; y si no, lean, lean lo
que me dice fraternalmente:
Fernando, que tengas un buen
día y una buena salud para mantener la luz y la calma en la lucha por nuestros
valores y todo lo de nuestra tierra canaria. Que el Señor te dé serenidad para
aceptar lo que no puedes cambiar y te dé valor para cambiar lo que puedas.
Espero que a pesar de noches oscuras no te falte la luz del Maestro de Nazaret y
de las personas que valoran lo que haces por nuestra de nuestra tierra y su
gente. Paco.
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“... ¿hasta
cuándo buscarán el engaño?...” (salmo 4). / “... a voz en grito
clamo...” (salmo
141).
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