martes, 19 de abril de 2011

REAJERO:

   
 
    Lo que uno no comprende, es que: teniendo el yerbazal que inunda y llena a la isla e islas, con comida más que de sobra para todos y más ganadería que tuviéramos, nos vengan con el cuento de la dependencia de hierbas foráneas; es decir, que tengamos que importar hierba de fuera, teniendo toda la que tenemos. Alguien, debe estar forrándose, y no precisamente con forraje, o hierba del Tabaibal (antes Canarias), teniendo -repito- hierba para animales y fuego, más que de sobra. Algún “reaje” –nuevo vocablo- se debe estar forrando con este negocio, de traer de lo que tenemos, y nos sobra. Pero, la cosa no es cosa de poca monta, porque es que no se trata de algunos “jases” (haces), sino de más de medio millón de toneladas de hierba –en grano, prensada o seca- que de toda europa y más allá de europa, siembran, para mandarnos sementera para la escasa y casi nula, y cada vez menos ganadería que tenemos. Es decir: nos sobra y tenemos tanta hierba, que aunque se quiera, no se puede caminar por el campo, porque es tanta la hierba, que te impide andar o avanzar de tanta hierba como tenemos, pues a pesar de ello, estos del reaje, nos hace depender de la hierba de medio mundo, para que nuestra mínima y cada vez más escasa ganadería secuestrada –encerrada- pueda comer, nuestra hierba toda, está protegida (no se la puede tocar). Así que nuestros animales, dependen de la hierba de fuera, del exterior. Por si alguno o alguien, no se ha enterado o no lo ha entendido: tenemos hierba (yerba), o comida de sobra, y los animales que tenemos comen hierba europea y del mundo, que nos la traen de fuera, teniendo dentro hierba por todas partes. Mi –como decía el inglés aquel- no entender o comprender. Y claro, tal es la cosa, que los asagajeros se quejan –no al cabildo y al gobierno, sino que lanzan sus quejas- al aire, como si fuera Dios el culpable no mandándonos aguas que regaran los campos e hiciera brotar la hierba, produciendo la tierra comida para los animales; pues resulta, que: ¡la tenemos (hierba por un tubo)! Y dicen los asagajeros, que no tenemos sino 1.250 toneladas de hierba –¡¡¡eso es MENTIRA!!!- hay yerba tanta, que por más animales que hubieran, no se la iban a comer, que de forraje o pasto (hierba seca), es una maravilla, y encima ¡se quejan, porque teniendo tanta comida de animales, no se la van a poder traer de fuera, por lo cara que se ha puesto! Los calabacines usted los puede comprar a 0,02 €, la yerba p´ los animales ¡por el cielo el precio!, teniéndola aquí regalada o gratis, en cantidades incontables de toneladas. Y ahí están llorando los reajeros, los asagajeros, y los coagrajeros. Es decir, no plantamos, no segamos, no almacenamos, y ¡venga a comparar de lo que tenemos y pudiéramos tener! Es decir (perdonen me repita): nos amenazan con menos vacas, menos cochinos, menos ovejas, menos cabras, menos gallinas, menos conejos, porque han subido el precio de la yerba (teniendo nosotros yerba, para parar un tren y cargar barcos, y más barcos, muchísimos más barcos..., y venderla al mundo si hubiera algún país tan subnormal, que comprara -como nosotros- hierba al mundo entero y sobretodo a europa, ¡y la nuestra, es de la mejor calidad del mundo, al tener el mejor sol del mundo, el mejor clima del mundo, y la mejor tierra del mundo! No se si comprenden ahora, por qué, no podemos competir con nuestra carne, leche, queso, huevos, etc., al no comer nuestros animales de lo de aquí, sino de lo que le compran p´ fuera, que eleva el coste o precio, ¡y claro!, ¿quién compra esto nuestro con el añadido de lo que hay que pagar por lo que tenemos de sobra, y que lo han subido un 75 % más, y más que lo van a subir? Lo que es producto de la yerba de los lugares, de donde nos lo traen, es más barato, como lo sería lo nuestro, si los animales se alimentaran con lo nuestro, si los animales se alimentaran con lo que produce esta tierra, sin comprarlo al mundo y a europa, ¡eso encarece tanto nuestros productos y por eso, no tienen salida! Y culpable: cabildo, gobierno, reajeros, asagajeros y coagrajeros, que no dejan –como decía mi padre que en gloria esté- ni prebar a los animales de aquí, lo que esta tierra produce tan abundantemente y feraz, para ellos. ¡Ah macacos, o totorotas del carajo (lo de “carajo”, decía mi madre, lo decía su abuelo: “¡ha carajo!”)!
 
    El Padre Báez, que tampoco hoy, he puesto puntos y apartes, para que no se me marcharan las ideas, teniendo en cuenta las normas del buen escribir: que me interesa el fondo, y no la paja; pues ahí tienen semillas.

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