(214): ARQUEOLOGÍA BAJO LOS TEMPLOS:
Simplemente, como hecho informativo, vengo hoy, con un hecho que es real e histórico: en esto de sustituir un edificio religioso de una religión anterior, con otra de la actual, lo vemos en Turquía, que donde antes habían templos cristianos, fueron sustituidos por templos islámicos; otro tanto, pasa en la Córdoba mora, que mezquita por catedral; pero, sin salirnos de nuestra tierra e isla, tenemos casos similares, con respecto a los edificios religiosos sobre los de los guanches, y así:
Valsequillo, dicen que su Iglesia de San Miguel, está sobre un almogarén o templo guanche; que Santiago en Gáldar lo está sobre el palacio del Guanarteme, no es desconocido; y lo más popular, es la mismísima Catedral de Las Palmas, de la que nos han enseñado sus cimientos casi los arqueólogos, mostrando aquellos trazados primeros y acequias. Y conste, los tres ejemplos puestos, no acaban con los demás, que no los vamos a poner todos.
Y es el caso, que: si esto es así, como lo es, en el suelo de nuestros templos o “iglesias”, se oculta mucha historia desconocida, aparte de otras tumbas y material diverso. La pena es, que no se pueda visitar esos sótanos, por no estar excavados, donde se guarda u oculta mucho de nuestro pasado. Habría mucho que buscar, en estos lugares, pero..., ¡cuánto conservado, por descubrir!
Y no solo esqueletos, sino muros y otros elementos (repito), fáciles de suponer. Lo que ya no es tan fácil, es hacer excavaciones en dichos lugares, pero no se descarta que en un futuro se hagan, aunque nosotros no las veamos. Dificultades, no han de faltar; pero que esos lugares guardan sorpresas, no es de dudar, y más cuando el dinamismo y la evolución de nuestra cultura y patrimonio tiene lagunas, si no se descubre lo oculto.
Dificultades no han de faltar, pero con el avance de técnicas y procedimientos actuales y por aparecer, en su día se podrá saber, qué esconden algunos de nuestros templos. Muchos restos de los guanches, aguadan ver la luz, que nos permitirán un mejor y mayor conocimiento de nuestro ayer. La arqueología –en este caso- confirmaría lo que dice la tradición.
El Padre Báez, que no pretende se echa abajo los templos y casas de oración que tenemos, pero saber que tenemos bajo los cimientos de muchos de ellos, grandes tesoros, es cosa de saberlo y no olvidarlo; y algún día, tratar de sacarlos.
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