La verdad, que hasta uno se emociona y se alegra, porque en periodo vacacional, por mor de la Semana Santa o profana -según cada cual-, se programe y se proyecte, una actividad cultural; y más cuando hace referencia al mundo de la arqueología, en la que un servidor viene luchando desde hace tanto tiempo; y si bien últimamente, a través de internet, no se olviden aquellos programas televisivos en los que durante dos años, y por espacio de 90 minutos semanales, dábamos cuenta a los telespectadores de nuestros yacimientos; pues bien, que toca ¿felicitar a la cueva rayada de Gádar?, ¡veamos!:
Dicen “primavera”, y no Semana Santa; que en los días señalados (más exactamente: lunes santo, martes santo y miércoles santo), van a hacer un taller para niños; y hasta aquí, nada hay que oponer, sino ¡alegría y albricias por tal evento!; pero sigamos: los niños, no son de la misma edad, sino que la cosa va, desde el recién destetado, con cuatro añitos, hasta el preadolescente –ya casi con novia y no sabemos si iniciado en sexo y droga, de 12 años- a los que mezclados y revueltos, todos juntos (¡bueno, no son tantos, pues son dos docenas, más uno (total 25, ni uno más, ni uno menos: 25 niños [unos ya con bigote inicial, y los otros aprendiendo a caminar]), pues que el que más prisa se de para inscribirse, pagando cada uno por el taller 2.500,00 pesetas de antes (disfrazadas de euros: 15,00 €), serán los afortunad@s de tal gozada, toda vez que se les va a enseñar distintas actividades de las que hacía (no los guanches, sino) “los antiguos canarios”; todo ello impartido por “un grupo de educadoras” –difícil enseñar a un niño de 4, con otro de 12; o éste se rebaja, o al otro me lo suben, a no ser que hagan grupúsculos, de los infantes por un lado, separados de los preadolescentes por otro, pero allá ellos, que si son pedagogas, sabrán cómo hacerlo.
Lo que más me llama la atención, es que estos mínimos -por no decir menores- harán en el taller, desde “excavaciones arqueológicas a cursillos sobre...”, ¡tres días, con niños de cuatro años (haciendo “excavaciones arqueológicas”)! Mi, no entender, que decía el inglés aquel; ¡yo tampoco!
A un servidor, esto le parece una tomadura de pelo; cree un servidor, que la cosa esta debe estar en un grupo homogéneo en la edad, y si un poco mayor, también mejor, para que puedan incorporar los conocimientos ya adquiridos en las distintas materias impartidas en las clases o por impartir, y así, si fuera adolescentes y/o jóvenes, sería lógico. Pero así, así...
El Padre Báez, que en esto iguala edades –experiencia de campamentos por cuarenta años-, cree es lo que hay que hacer y -precio aparte- hacerlo gratis, y si no consiguen profesores altruistas, pueden contar con un servidor; ahí tienen mi correo.
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