Toda vez que, la santa libertad, es la que nos asemeja a Dios, vamos a ejercerla y no secuestrarla -como hacen algunos-, y ante un hecho, que ha salido en prensa, y que uno haya oído, no hay una sola voz discordante, un servidor, quiere apostillar algo, a ver si se anima el patio –y otros, siguen mis pasos-, porque que uno sepa, el cabildo no es nuestro padre dios, que en nada se equivoca, y por eso, les doy mi parecer. Se trata de lo siguiente: el cabildo galardona, dándole títulos de filiación –cual padre- con perros de oro y plata (¡le sobra el dinero!), y con escultura o reproducción del roque nublo a 20 personas (entre vivos y muertos); que los pone en honor y gloria, y que los distingue porque somos distintos (¡gracias a Dios!), porque además de plantar pinos, premian a los que no se les oponen u opusieron, y así –después de escuchar el parecer de la gente (¡me gustaría saber de uno solo al que se le preguntara la opinión al respecto!). Que, si exceptuamos a cuatro muertos, los titulados son 16 y no 20, porque los muertos, ya no existen (¡al menos en este plano!).
De tal forma y manera, que si Ud., quiere ser premiado algún año, luche por ser rector de la peor universidad de espakistania y ¡premio seguro!; si Ud., es empresario, y tiene dinero, y puede ayudar y ayuda, Ud., se hace merecedor de otro premio, sin más. Si Ud., se muere, no lo ha perdido todo en esta vida de aquí abajo, pues el cabildo le puede premiar –aparte lo haya hecho o no Dios-, por eso es bueno se relacione en esta vida, con la cámara de comercio (¡lo de ir a Misa o no, eso no cuenta!); si Ud., es médico, ya por ese simple hecho, que estudió medicina y practicó la medicina, pues con un poco de suerte –aunque no haya descubierto nada, ni haya hecho dar un paso hacia adelante a la ciencia médica, Ud., puede ser premiado (¡vivo o muerto!); si Ud., canta –aunque lo haga fatal-, repito: si Ud., canta –grabe o no discos- Ud., puede ser merecedor (o merecedora) de un –otro- premio, y ello, aunque no haya nacido en el Tabaibal (antes Canarias); ¡si Ud., es alguien del periodismo, y nunca criticó al cabildo, el cabildo lo va a premiar, y así calla el cabildo a todos los periodista deseosos de ser premiados (porque si no, ¡no te doy premio!).
Curioso, que se premie al que fue Presidente de espakistania, el Doctor Negrín y le vengan a dar ahora un premio, y no a nuestro Rey Fernando Guanarteme (en guanche: Tenesor Semidán), ¿será que el Rey no era de izquierda?, no se, pero algo raro, ¿no?; por las ballenas muertas estudiadas, y por el seguimiento de las tortugas bobas, gracias a dichos estudios universitarios, en el Gran Tabaibal (antes Gran Canaria), ya no se pasa hambre, ¡otro premio!; si Ud., baila y aunque lleve de apellido Yanowsky y sea inglesa, el cabildo de aquí, premia –como ellos allá a los nuestros- a la tal, de la que como en los anteriores casos no cito su nombre; que si Vd., -y lo voy a citar literalmente (“y la desaoarecuda” [debe ser un error de imprenta, queriendo decir “desaparecida”, creo]- si Ud., –repito- ya se murió, pero dejó algo escrito –razón ésta por las que no pierdo las esperanzas, aunque sea a título póstumo- Ud., puede ser premiad@, y ello, aunque tampoco sea de aquí, basta que pase por aquí algún verano; la gran pena, es que si Ud., no es indio, de la India (no la americana), Ud., pierda toda esperanza de ser premiado, eso es un honor debido a los hijos de Chrisnha y Ganessa (¡no he dicho “Cristo”!); que hablando de Cristo, ¡que bueno, se hayan acordado de un cura, filósofo él, profesor él, de un Áula él, ¡pues qué bien!, se alegra uno, porque es del gremio, o hermano en el sacerdocio; y si lo suyo fuera vender ron, fabricarlo y distribuirlo, Ud., no por los borrachos que haya formado, sino por las fiestas que ha alegrado, Ud., también es premiado por el cabildo (¡como se arrima!); que si lo suyo es coser y hacer trajes, también la y lo pueden premiar el cabildo, por vestir a los desnudos, que es una obra de caridad, aunque como los lirios, vestidos por Dios, ¡ni uno!; y si Ud., presidió o preside o presidirá algo de deporte, por tal meritorio servicio a la comunidad, por más que privado sea y para gente de alta posición económica, también a Ud., –no lo dude- tarde o temprano, le van a dar un premio.
Y ahora, voy a juntar a dos que son antagónicos (quiere decir, que irreconciliables): la Virgen y el Diablo, si Ud., sirve a una o al otro -por igual-, puede ser premiado, y si es de María devoto o si festeja al Dragón Maldito, el cabildo –llamémoslo ahora sincretista- tanto premia al bueno, como al malo, ¡da igual!; y si Ud. aunque esté muerto, se dedicó a traer o a llamar a turistas del tercer sexo a Maspalomas, también lo van a premiar, así que si se anima, espere su turno; si Ud., no tira la comida a punto de caducar, y la entrega a un almacén y alguien –tipo Cáritas- la reparte pronto (para que no caduque), también puede ser premiado por el cabildo, que no va a dejar tampoco atrás si es Ud., pro-saharaui (no se, si no ven Udes., ahí, la mano de un tal Ramírez), pues, esos son los premiados.
Me extraña, no se premie a un pastor, que nos da leche, queso, estiércol, belleza al paisaje, tradición, etc.
Me extraña, no se premie a un taxista, que aguanta, que ayuda, que anima, que distrae, que es paciente, que..., etc.
Me extraña, no se premie a una dependienta, que pasa horas, despachando, con una sonrisa, paciente, amable... etc.
Me extraña, no se premie a un paciente enfermo, que sonríe con su enfermedad, no molesta, calla y sufre, dando ejemplo.
Me extraña, no se premie a una catequista, que educa a niños que no son de ella, y los quiere como si lo fueran.
Me extraña, no se premie a una abuela, que después de criar a sus hijos, ahora cría –sin poder- a un montón de nietos.
Me extraña, no se premie a un profesor, que lleno de paciencia repite y aguanta a los que no son sus hijos, y hace de padre.
Me extraña, no se premie a un panadero, que madruga, trabaja de noche, para que podamos desayunar, almorzar, etc.
Me extraña, no se premie a una sacristana, que tiene la casa de Dios, limpia como el oro, y ama la casa del Señor y la de todos.
Me extraña, no se premie a un sepulturero, que tiene el nada grato trabajo, de ver y oír lágrimas y lloros, y consuela y reza por los difuntos, que no son suyos.
Me extraña, no se premie a un locutor de radio, que sentado a su mesa, distrae y acompaña a tantos a los que anima y distrae.
Me extraña, no se premie a alguien que mantiene a duras penas la agricultura, que nos alegra el potaje y nos da salud.
Me extraña, no se premie a un cura de pueblo, que celebra Misas, perdona los pecados, visita a los enfermos y ancianos, y sonríe a todos, dando y llevando paz, consuelo, ánimos.
Me extraña, no se premie a un guardia municipal, que es como el guía y orientador en los pueblos, y que en su labor callada y eficaz, ¡a cuántos ayuda!
Me extraña, no se premie a un buen estudiante, por sus buenas notas y ser modelo y esperanza para un mañana mejor.
Me extraña, no se premie a algún fontanero, por arreglarnos las cañerías o el baño, reponiendo piezas y arreglando desaguisados.
Me extraña, no se premie a un don nadie, precisamente, por darnos la gran lección de la humildad, y la sencillez, ¡lo más grande!
Me extraña, no se premie a alguien de las estaciones de servicio, con los que prestan a una sociedad que se marcha y el sigue allí.
Me extraña, no se premie a un ciego, que aún sin ver hacen una labor social, aparte de los cupones: son un ejemplo de paciencia.
Me extraña, no se premie al enfermero, que cuida con amor a sus pacientes, sin cansarse, y haciendo lo que solo haría una madre.
Estos son mis veinte premiados, aunque tengo más, pero se los daré el próximo año (¡vamos, como el cabildo!).
A mí, que me premie Dios, que premios aquí en la tierra, van en desmérito de los del cielo; así que: se, no me van a premiar, pero por si se les ocurriera, ¡que ni lo intenten! ¿Vale?
El Padre Báez, que a petición de alguien ha hecho este comentario, esperando les aproveche, y puesto que los chicos de la prensa, ni se les ocurre, ahí está uno, para suplir o sustituirlos (razón por la cual, cada vez tengo más lectores y escuchadores; a la par, que ellos los pierden, por estar callados, cuando debieran gritar los enchufismos, y las corruptelas, aún en esto de los premiados y otros asuntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario