Ya es triste, y da mucha pena, que te levantes cada mañana, y mientras desayunas, o estás pendiente a lo que ha pasado en el mundo, durante la noche, y saber así cómo va el mundo, te pones a escuchar la radio, y ésta con todo lo que se puede decir -pues hay materia para llenar horas y horas de información-, en lugar de aprovechar el tiempo, en el poco que le conceden en algo de real importancia, e informar de lo más sobresaliente, pierden el tiempo en un esquema diario, de lo más pobre e insulso, de lo más ridículo y absurdo, en un plan de come-coco o empata-tiempo, que a nadie beneficia sino en llenar un espacio que es vida.
Y es que vendidos al poder corrupto y mafioso que mal nos gobiernan, no se atreven a denunciar, a criticar, a informar, no sea se moleste el jefe, y lo ponga de patitas en la calle aumentando el paro, que no para y va a más, mientras no se regrese y vuelva al campo (ganadería y agricultura).
Pues, que es el caso diario, ansioso de saber qué ha pasado que te cuentan, en plan de idiotizar a un pueblo, cómo se circula por las distintas carreteras, como si esto fuera lo más trascendental, para estar bien informado. Y en ello, se les va el tiempo, en hacer dos llamadas para que les digan los del tráfico cómo anda éste (además de sobre ruedas).
Y ahora, escuchar el mismo dictado, repetido todos los días, acerca de si es fluido o si es lento, como canción repetida que cansa, y a nadie le interesa repito. Y, nos dan cuenta –diariamente- sobre el tráfico por los túneles diversos, como si no supiéramos estamos sobrados de coches, y cada vez es más y más lento el circular de los distintos vehículos. Y que si hay vacaciones, hay menos tráfico de escolares; y si puente la escapada y huida desesperada de las urbes que apestan (por tantos perros) y asfixian.
Pero, no acaba aquí el comentario del tráfico; que nos dan cuenta de las avenidas distintas y en direcciones variadas, a la par que se meten en el interior de la ciudad, y nos dicen, si hay o no atasco, y a qué ritmo se conduce, como si no fuera ese “el pan de cada día (lento siempre)”; pero ya el re-colmo es cuando empiezan a darnos nombres de calles, y a decirnos si el tráfico va despacio o más rápido.
Pero, es que en la información, de lo que estos comunicadores creen es lo más importante que está pasando en el mundo, es que nos dicen irremediablemente fijo, cómo es el trasiego de coches y demás vehículos en las entradas y salidas de la ciudad, y hacia el puerto en ida y vuelta.
Pero, no acaban ahí los detalles de la gran noticia que todo radioescucha, aunque viva en la cumbre y sea pastor –de los pocos que quedan-, o el ama de casa, o el que esté en su casa, que en tal punto kilométrico se produjo un roce o accidente, y claro la cosa esa de dos coches dándose el seguro, ralentiza el tráfico, por la mirada de los curiosos, que reducen la velocidad, para ver lo qué pasó, ante el manoteo incesante pitando del agente que manda acelerar, sin que nadie les hagan caso, por aquello de la curiosidad innata de ver, si hay un muerto o qué daño se causó al coche, con gente sentada a la orilla esperando a los del atestado. Pero, no acaba tampoco aquí, este vía crucis diario matinal de información de última hora, de lo que está rodando, sin la cual nadie debe salir a la calle, que nos dicen las distintas carreteras todas, cómo se circula por ellas, para escuchar siempre la palabra más repetida de “fluidez”, ¡ni que de agua se tratara!
Y, la palabra en segundo lugar repetida, al darnos citas de carreteras, es la de “sin incidentes” ¡Pues, eso es noticia! Parece esa es la noticia de actualidad, con la que precede la retahíla de calles y coches, carreteras y tráfico. En lugar de un resumen de lo más importante, esto es lo que nos dan: pero, toda vez, que al otro lado del teléfono hay un agente -así los saluda el de la radio- éste, con voz de mala uva, de recién despertado, de aburrido, de mala gana, de vacío, de tedio, de no querer dar nada, porque nada de eso es interesante y es aburrido, a lo mejor va y quedan unos segundos, para darnos la segunda gran noticia o notición, después de saber ya cómo están de despejadas las calles y carreteras, que cual si fuéramos ciegos, y no sintiéramos si hace frío o calor, nos dan una pincelada del tiempo, con temperaturas y nubes, cosas que registra el propio cuerpo, y basta mirar al cielo, para ver si hay sol o nubes.
Pues, también en esto lo crucial, porque toda vez que el campo depende del clima, es importantísimo se sepa –de cara a plantar o sembrar, ¡no te digo!- nos digan el tiempo -junto con lo del tráfico-, que va a hacer que dicho sea de paso, nunca al cien por cien, nunca aciertan. Pues, esto es lo que tenemos y se va Ud., a sus quehaceres sin saber qué ha pasado o está pasando, sino sabiendo el tráfico es o no fluido, y si hay o no nubes en el cielo.
¡De “vergüenza” Y a eso llaman: medios de comunicación social. Que la noticia con la que nos desayunamos cada día en esta pobre “ínsula barataria” es el tráfico y el tiempo, ¡no te joroba!
El Padre Báez, que alerta sobre la manipulación o negación de las noticias y el cambio de éstas, por temas anodinos, como es el de los coches y su velocidad, que ya pudieran decir, que cincuenta coches, con solo chófer, caben todos en una sola guagua, con lo que trescientos metros o más en la carretera de vehículos, se pueden reducir a los de la dimensión de la dicha guagua, pues ¡no señor!
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