Para la mayoría de los canarios, la arqueología es un mundo por conocer, miles de años por descubrir, a donde jamás se acercaron. Y, curiosamente, ahí está nuestra Historia. Hay que acercar a los canarios –en primer lugar- a sus fuentes o raíces, a que se encuentren con las huellas de sus antepasados. Sí, deben viajar más a los propios orígenes.
cabildo, Gobierno, Cultura, universidad (se escribe con minúscula, todo aquello que no merece la mayúscula), etc., deben acometer este cometido. Los medios de comunicación, han de hacer otro tanto (en lugar de traernos la basura de espakistania a través de 10 minutos y pronto), para que este pueblo, retroceda al siglo XV y anteriores.
Nuestra Historia, comienza cinco siglos antes de Cristo; se establecieron aquí los cannarii (posteriormente, llamados guanches); nos dejaron piezas y obras del mayor y mejor arte, jamás habido; nunca un pueblo, tuvo una Historia como la nuestra (¡un siglo de resistencia!); la investigación arqueológica, duerme...
Arqueólogos –o presuntos arqueólogos- hay que han echado planchas de hierro sobre nuestro patrimonio (no sabemos si con la idea de taparlo, ocultarlo o preservarlo), lo cierto es, que está haciendo un daño irreparable el óxido o herrumbre, las dichas o dichosas planchas... Hay que demandar, urgentemente, su retirada.
Los arqueólogos –o presuntos arqueólogos- deben actualizarse y actuar con métodos y criterios, que no dañen tan rico legado. Por otra parte, hay que ampliar el número de los yacimientos. Hay que impulsar, el estudio de los mismos. Por descontado, se ha de preservar y evitar la desaparición y daño al patrimonio, por falta de vallado, vigilancia, protección adecuada, etc.
Figuras (que no ídolos), vasijas, pintaderas, grabados, piedras, momias, etc., forman parte de una más amplia representación de cuanto nos dejaron los guanches, en ese recorrido de siglos, por las islas. Pero, más allá de las piezas, están sus gestas (¡no igualadas todavía por nadie!). Su teología, su filosofía, su derecho, sus costumbres, su moral, etc.: ¡es mucho!
Conjuntos poblacionales, con una inigualable arquitectura, que guarda misterios por resolver (levemente descubiertos en mi obra: “Arquitectura Guanche”). Pero, el recorrido, es mucho más amplio que el que aquí queda señalado. Que no es el caso enumerar en un pequeño comentario, lo que no cabe en libros y libros.
El Padre Báez, que les invita a entrar en la Historia más apasionante del mundo (la nuestra), cuya puerta de acceso, es: la arqueología (¡a ver si despierta!), la que debe dejar de ser propia de un ámbito privado, y pasa a ser de todos, pues somos los herederos de ese patrimonio, y debemos disfrutarlo.
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