viernes, 18 de febrero de 2011

(159): POLÍTICOS Y ARQUEOLOGÍA

    ¿Dónde están los grupos o partidos políticos que exijan a sus alcaldes, presidentes de Cabildo o del Gobierno, que consignen partidas económica para financiar excavaciones olvidada o no y ponerlas en el justo valor que les corresponden? ¿Por qué será, que los políticos, pasan de la arqueología, y no aparecen ni en sus programas, ni en sus reivindicaciones? ¡Pobres incultos!

    Y claro, así anda olvidado todo lo encontrado; en su día, cuando esos restos aparecieron, no faltaron promesas e interés; pero, pasó el tiempo, y han pasado al baúl de los recuerdos, donde duermen. ¿Quién en un mitin alguno, pronunció jamás las palabras “yacimiento” y “arqueología”?, ¡pues esos son los que nos gobiernan!; ¿que cabe esperar de ellos?: ¡planchas de hierros en presuntos negocios, dentro de los yacimientos!, para tapar los hallazgos, en lugar de revalorizarlos, y proyectar con ellos planes de grandeza.
    Curiosamente, sucede lo contrario, que en lugar de preservar, restaurar, proteger, excavar, etc., se dedican a echar tierra sobre ellos, y esto en un doble sentido real, como se puede comprobar, si les paso una lista, que por razón de la brevedad, les ahorro. Sí señor: tapan yacimientos...  ¡si les contara (algún día lo diré)! Tapan, ocultan y desaparecen yacimientos.
    Y, si un presidente de cabildo lo es universitariamente hablando, del campo de la historia –como un servidor, que también lo es de la Historia- así se comporta, ¿qué cabe esperar de otro, que sea abogado o carpintero (tal vez lo hiciera mejor arqueológicamente hablando, pero no sería lógico, aunque previsible). Los políticos y los que aspiran, deben impulsar la arqueología; si no, no valen como político, que precisamente quiere decir “ciudadano”; pues se cargan los cimientos culturales de la propia ciudad.
    Y conste que esto sucede donde los restos y los yacimientos -y en general toda la arqueología aquí-, es especialmente valiosa; por lo que ya sabemos (por lo tanto dicho de un servidor y otros). Estoy segurísimo, que cualquier atención a un yacimiento de cara a restaurarlo o excavarlo, cuesta muchísimo menos que una campaña electoral, por y de cualquiera de ellos.
    El Padre Báez, que descubre lo malo o bueno que sea un político, en función que cuide o no de la arqueología, como base de la ciudad, de donde viene la palabra “polis”-tico.

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