miércoles, 3 de junio de 2015

devora

La tabaiba devoradora...
“... al ir, iban llorando, llevando la semilla. Al volver, vuelven cantando. Trayendo sus gavillas...” (de la antífona y versíllo de la hora de Nona del común de varios mártires).
“... son unos mentirosos...” (del salmo 115).
... de toda otra flora que no sea ella misma. Este es el gravísimo problema ecológico que padecemos: esta isla -e islas- que tenemos, hubo un tiempo en el que tuvo una enorme y variada riqueza faunística tan grande, que posiblemente alguien pensó que tendríamos siempre, hasta que al presente, se nos presenta gravemente amenazada por la tabaiba que acaba con todo.
Y así, a no mucho tiempo, otra cosa no habrá en lo que antes era Canarias (y en concreto Gran Canaria), ahora El Tabaibal (o el Gran Tabaibal), que no sean tabaibas, por pasiva y por activa, es decir en toda la isla (e islas). Y ello, con la gravedad que supone desaparezcan plantas únicas en el mundo en estas islas tabaiberas, que ya han desaparecido bastante flora autóctona, están desapareciendo y las que desaparecerán; al final solo y todo será de tabaibas. Y ni así con estas, se atreven a frenar su imparable avance, y cuales los pinos, que no dejan crecer nada debajo de ellos, la tabaiba, es que coloniza todo dejando solo muerte en su expansión, pues va envenenando el terreno emulando a los pinos. Y así, donde antes había variedad y riqueza por la diversidad de plantas, ahora la sola tabaiba con las más resistentes que también sucumbirán a su paso, las retamas, que por ahora alguna otra especie queda arbórea como el escobón o los beroles, pero en franca retirada ante el avance imparable y multiplicador de las tabaibas que serán al fin lo único verde que quede en estas más que maldecidas islas por mano de los hombres y no por las de Dios que las vistió con tanta riqueza y variada flora, que hizo pensar a más de un teólogo, -¡y vaya usted a saber!- el paraíso terrenal bíblico donde nuestros primeros padres, fue y estuvo precisamente aquí. Pues de aquello, poco va quedando y menos que quedará, y al fin la única y omnímoda tabaiba dando la impresión de muerte y desolación. Y todo por una absurda e insensata protección, de algo que no debe ser protegido, sino eliminado o extirpado de la tierra, a no ser -salvo- algunos ejemplares como planta única en el mundo entre nosotros, y como muestra de una más de la riqueza florística que tenemos o teníamos. Y echa uno de menos a los defensores de lo botánico, que callan ante este genocidio arbóreo o floril (o floral), ya que desaparecen plantas que debieran estar preservadas de la depredadora tabaiba que excluye toda otra planta que no se ella misma. Todavía estamos a tiempo de salvar algunas plantas a punto de desaparecer; imposible volver a reproducir las que desaparecieron y no dejaron semilla ni ejemplar para continuar. Paremos -pues- la extensión y avance voraz y feroz de una maligna como innecesaria e inútil planta, a no ser algún ejemplar en jardín que la conserve para la posteridad, pero sin más y con severo control, pues de lo contario, al fin solo habrán tabaibas donde antes había un vergel o auténtico jardín en el atlántico, con las plantas más exóticas y variadas, ricas y bellas, como ningunas en el planeta, y que las tabaibas, poco a poco van eliminando y no dejando de ellas, ¡ni señas!
El Padre Báez.
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Solo se lo indico, pero no se lo muestro (me da vergüenza), imaginen lo que quieran. Viene del abogado y amigo Don Juan Francisco Ramírez:
“Apreciado Padre Báez: Aquí le envío este pequeño vídeo, pero de un tremendo e impactante contenido; refleja la estupidez del ser humano. Saludos”.

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