jueves, 16 de octubre de 2014

fácere

Esto hace las tabaibas…
 
“… un árbol plantado… da fruto en su sazón…” (del salmo 1).
 
“… hierbabuena… ruda… toda clase de legumbres…” (Jesucristo Lc 11, 42-46).
 
“… morir quiero trabajando…” (santa Teresa de Jesús, del himno de Laudes del 15 de octubre).
 
“… oprimen a tu heredad… abandona su heredad…” (del salmo 93).
 
… el desplazamiento de los campesinos, que han dejado vacío el campo, aunque todavía queda un resto pequeño. Tierras abandonadas que son cogidas por el cabildo (otras veces obligados a dejarlas, por medio de multas, sanciones, visitas, etc.). El gran tesoro de la tierra, está cayendo en las manos del cabildo, que las abrasa, y se las queda, sin más. Basta una declaración de alto valor de no sé qué, para que el dueño no pueda ni entrar en los suyo, y menos arrancar una basura cualquiera, porque perteneciendo a tan alta categoría su tierra, deja de ser del dueño. Los que huyen, o abandonan, dejan sus terrenos, terrenos que el cabildo se apropia. A la tierra, hay que unir la producción de la misma si se la cultivara; el cabildo no lo hace y tampoco deja otros lo hagan. Y, el recurso de la tierra (ocupada por las tabaibas y otras lindezas de basura, verbi gratia retamas, cañas, zarzas, etc.) es indispensable, y aquí, como si no tuviéramos ni para una maceta, cuando hay extensiones enormes de tierras buenas, ocupadas por pinos y otras basuras, que no dan nada, sino pena e indignación. Estas islas fueron la reserva del mundo, y ahora somos una miseria. Son Historia nuestras exportaciones del pasado. Con todo, lo más grave es el desplazamiento del campesino, que huye y se refugia en las afueras de las grandes poblaciones para morir de depresiones. Y los medios de comunicación, no comunican, se callan comprados por estos esbirros que nos gobiernan. El campesino hoy, es un nómada sin tierra, desenraizado, desprotegido, multado, castigado. ¿Quién puede enfrentarse a esos dos grupos armados de bolígrafo para multar al campesino, por nada y por todo? Se están suprimiendo los elementos propios de los naturales de esta isla, desapareciendo las tradiciones y cultura propia. Hoy, el campesino es un nómada. La vida sedentaria está desapareciendo velozmente en el campo, que le daba la nota propia de lo natural. Los campesinos son -sin más- marginados. Las tierras todas, para el cabildo, para pinos, para tabaibas, para… nos quedamos sin habitantes nativos en y del campo. Se nos quita el derecho de poseer la tierra. Y así avanza por un lado el desierto, y por la otra parte el bosque asilvestrado (sur y norte).
 
El Padre Báez.
 
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 Como anillo al dedo:
Buenas, Padre Báez.
Yo saqué de campo una vez a un francés, que nos vendía los goros de plástico y también tocó una tabaiba. Al rato de restregó el ojo y el pobre las pasó canutas, se quedó ciego, a pesar de ponerle agua abundante y colirio.
Buen fin de semana.
 
X. (no debo desvelar la autoría, porque viene de arriba, del mismo cabildo).

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