jueves, 16 de octubre de 2014

ahora

Presente tabaibero…
 
“… los hombres de esta generación…” (Jesucristo Lc 11, 29-32).
 
“… les rezuma maldad…” (del salmo 72).
 
“… el montón que calculabais pesar veinte pesaba diez…, viñas, higueras, granados y olivos…” (del profeta Ageo 2, 10-23).
 
“… nos ha consumido… y nos ha trastornado…” (del salmo 89).
 
“… calmen desde la cumbre de las montañas…” (del Cántico de Isaías 42, 10-16).
 
“… ¿hasta cuándo daréis sentencias injustas, poniéndoos de parte del culpable?...” (del salmo 81).
 
“... y el campo dé semillas y cosechas...” (del himno de Vísperas del lunes IV).
 
“... la simiente... que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy, crezca y germine para la cosecha...” (de la oración de Completas del lunes).
 
… no tenemos rebeldes contra las tabaibas. No hay revolución alguna contra las tabaibas. No hay ningún frente contra las tabaibas. No hay alianza alguna contra las tabaibas.
No tenemos oposición a las tabaibas. No tenemos gobierno en contra de las tabaibas. No hay Movimiento alguno contra las tabaibas. No hay combate alguno contra las tabaibas. No hay liberación posible de las tabaibas. No hay grupos contra las tabaibas. Y ello, a pesar de la marginación que supone el tabaibal contra la propia sociedad campesina, y la nula repercusión económica que supone la tabaibilización de la isla, que desplaza la propia cultura del agro o agricultura. Y no se derroca al cabildo causante y culpable de la situación. No hay líder alguno del espectro político, que opte por la defensa del campesino y prometa la erradicación de la temida y terrible tabaiba, que se lo come o devora todo sin bien alguno. Desgraciadamente, ningún apoyo de la prensa comprada o vendida a la clase política, que pasa olímpicamente de este asunto. Ningún líder político se moja en este tema. Dos ejércitos amparan y cuidan de las tabaibas (el seprona y el miedo ambiente), que siembran el pánico y el terror (por tierra y aire, de noche y de día), por sus elevadísimas multas, por la menor e inocente acción, tipificada según ley, artículo, número, letra, etc., etc. Se ríen y se burlan del esfuerzo realizado en siglos por nuestros antepasados, para reconvertir la isla en un todo tabaibal, eliminando fincas, pastizales, tierras, etc. Todo de tabaibas, sin más. Y más cada vez, más. Y ella, sin fruto algunos, sin utilidad alguna. Y comiendo todos de lo importado, porque salvo tabaibas nada podemos exportar, y ni siquiera las tabaibas, porque no te las dejan cortar, salvo sabrosísimas multas, de las que pagan al personal o ejércitos al servicio del cabildo (te los encuentras a todas horas y por todas partes paseando o viajando y vigilando al campesino, sin más). El conflicto tabaibero es de tal envergadura, que no hay sociólogo que le meta el diente, con lo claro y evidente que está. La gente del campo, ha tenido que venirse a la capital o a las afueras de los pueblos mayores, y refugiarse ahí, huyendo de esa doble milicia que patea los campos de esta tierra, controlando por tierra y aire el menor movimiento, para sancionar sea lo que sea, sin excepción, y así, la gente huye del campo, y se refugia donde pueden y se libran de multas y de visitas constantes controlando el menor movimiento o acción, refugiándose donde pueden con tal de librarse de tal acoso, persecución, presión, visitas, control, multas y castigos, quedando los que no pueden salir, con el miedo en el cuerpo, la depresión en el alma y la desesperación en sus espíritus…
 
El Padre Báez.
 
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Y así, una lluvia constante, diariamente, pero a cientos:
 
Buenas noches Padre Báez.
En primer lugar le doy las gracias por enviarme sus artículos de opinión; por cierto, muy buenos y que comparto.
Hoy he recibido la llamada del Consejero… (no puedo seguir para no desvelar lo que se cuece, pero ya se lo contaré [esto es de un servidor: el Padre Báez]).
(J. M. M.)

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