viernes, 17 de octubre de 2014

enfermedad

Padecer tabaibismo…
 
“… la siembra está segura, la vid dará su fruto, la tierra da cosechas, los cielos envían rocío…” (del profeta Zacarías 8, 1-23).
 
“… muestra una rama verde a una oveja, y verás cómo atraes a la oveja…” (del comentario de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan).
 
“… la lluvia… hace brotar hierba en los montes… que da su alimento al ganado…” (del salmo  146).
 
“… comerás del fruto de tu trabajo…” (del salmo 127).
 
“… metieron el arado y alargaron los surcos… la mano del segador… la brazada del que agavilla…” (del salmo 128).
 
“… que nuestros silos estén repletos de frutos de toda especie; que nuestros rebaños a millares se multipliquen en las praderas, y nuestros bueyes vengan cargados…” (del salmo 143).
 
… o sufrir en Tabaibolandia. Está claro, que los intereses políticos van por otro lado que el de los campesinos. Y está claro, que los políticos son los más poderosos o potentes, pueden, les podrán o podemos. Está claro, el cabildo está enfrentado con el sector primario, y quiere acabar con él (ya, casi lo consigue). El arma secreta, o no tanto, es la tabaiba. No hay cañón ni bomba que mayor o más daño pueda causar. Ésta, es nuestra guerra fría, de la que nadie quiere hablar; de esta, no se habla, ni se la nombra; pero está ahí, callada, silenciosa, ganando terreno (y nunca mejor dicho lo de ganar terreno). Como bien dijera el malogrado Paco Díaz, q.e.p.d., esto es un auténtico genocidio (confróntese su libro con este mismo título [“Genocidio Canario”]). En una palabra, se ha demonizado al campesino, y hay que acabar con él (ya, casi lo consiguen). Y claro, en esta guerra del cabildo contra los campesinos, las víctimas, obviamente son los campesinos. Víctimas en cuanto a la violencia ejercida contra ellos (acoso, sanciones, multas, prohibiciones, vigilancia, visitas, etc.), pero también padecen enfermedades por todo ello, en orden sicológico: nerviosismo, depresión, cardiopatías, miedos, fobias, esquizofrenias, etc., etc. Nada les digo, para no hacerles publicidad los interese del cabildo, que no son precisamente los que necesitamos, pero nos engañan y nos entretienen con balón cesto, por si con el fútbol no lo conseguían al 100 %. Pero, sigamos: piensan en el plan importante (falso), que van a jugar los extranjeros… sigo: lo nuestro es una violación (y no me refiero en asuntos sexuales). Lo nuestro es, que hay un recrudecimiento de la acción cabildicia contra el campesinado, por medio del seprona y del miedo propio (o ambiente). Ya es sabido, aunque no lo cuentan, la matanza que supone estas acciones suscitando muertes por medio de suicidios; pues, ¡tanto vale una vida, que para ellos eso no es nada, ni se menta, cita o cuentan! Que, nada, protegen tabaibas y otras basuras, pero desprotegen (o no protegen), al campesino (ya sea agricultor o ganadero). De sobra sabido, no hay diálogo entre cabildo y campesino, sino la multa de por medio: o pagas o/y cárcel. Y ello, sin dar la cara el agente multante o multador, que si los verdes, tiene método propio también, pues te lo hacen todo, con gafas oscuras, ¿por qué será?
 
El Padre Báez.
 
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Pido disculpas a los autores de tantísimos correos, que pudieran aparecer, y no quiero dar espacio sino cada día a uno, quedando miles y miles sin aparecer en este espacio complementario a mis comentarios, donde recibo apoyo y felicitaciones como la presente:
 
Estimado Padre Báez:
 
Felicidades por la gran batería de muy interesantes y muy documentados artículos sobre la tabaiba. Solamente para apoyarle… (F. D. G.).
 

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