domingo, 31 de agosto de 2014

términos

La palabra tabaiba
 
“… siembras y recoges… siembro y recojo…” (Jesucristo: Mt 25, 14-30).
 
“… el árbol silvestre, sobre el fruto del suelo…” (del profeta Jeremías 7, 1-20).
 
“… hambriento falto de alimento indispensable… su hambre…” (de las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo sobre el evangelio de san Mateo).
 
“… tuve hambre…” (Mt 25, 35. 40).
 
… es un término que evoca una sobrecarga de información negativa, provoca rechazo, símbolo de desaliento, algo superficial, significa daño, evoca cansancio, hace injusticia al campo, son un pretexto para multar, entre lo nacido en al tierra es lo peor, manchan, ciegan, envenenan, matan, llegan a todas partes ya, desde la costa a lo más alto de la isla, nos empobrecen, roban tierras al campesino, no alimentan a ningún animal, no tienen ningún provecho humano, echan del campo al campesino, nos multan por ellas, están protegidas, no se las pueden molestar, son un insulto (¡tabaibo del carajo!), son un castigo (¡te doy un tabaibazo!),
  nos hablan de dolor, son un peso y una fatiga, un agobio, son demasiadas, muchísimas, incontables, casi infinitas, lo son todo, lo llenan todo, nos secuestran, nos echan, son un terror, nos enferman, son un cáncer, son pesadas, una bomba, no ayudan a nada ni a nadie, son un estorbo, ¡una pasada!, una maldición, un negocio para el cabildo, trabajo para miedo ambiente y para el seprona, paro para el campesino, nos ahogan en leche, nos asfixian, nos capturan, crecen, se fortalecen, se multiplican, nos borran, encarnan la pobreza máxima, son un cultivo del cabildo, nos afligen, son pobreza absoluta, nos excluyen, nos persiguen, no dan trabajo, quitan trabajo, son temibles, todo el territorio es suyo, sus raíces lo llenan todo, nos desheredan, nos dejan sin tierra, nos encarcelan por su culpa, los hay que se suicidan por ellas, nos ha cambiado el nombre (gentilicio), nos han borrado la dignidad, son injustas, nos doblegan, son un terror, el escenario es todo y solo de ellas, están por la costa, pasan por las medianías, llegan y están en los montes, están en todas partes, son una cruda realidad, nos borran del mapa, nos barren, encarnan el hambre, nos dan hambre y sed, cierran puertas al sector primario, con ellas imposible la agricultura y la ganadería, nos encarcelan por ellas, es una palabra maldita…
 
El Padre Báez.
 
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Sinceramente, creo se pasa un poco (humildad aparte):
 
“… me llena de orgullo decir que lo conozco, y en mi boca siempre está su nombre, hace una labor que muy pocas personas la podrían llevar a cabo y su fuerza interior la transmite a todas las personas que se le acercan. ¿Qué más le puedes pedir a una persona?, muchas gracias por todo lo que hace, muchas gracias por ser como es y muchas gracias por no decaer en su intento de luchar por conseguir a contra corriente. Ya que con esa actitud enseña y ayuda a las personas cuando en momentos de bajón psicológico por malas épocas se acuerdan de usted y se vienen arriba, y como no lo de "Padre" va más allá de su ideología o de su sacerdocio, es que se comporta como tal...” (O. T. P.).

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