jueves, 21 de agosto de 2014

pelea

Hostilidad de las tabaibas…
 
“… al no tener pastor… (las ovejas) se desperdigaron… por falta de pastor… los pastores no las cuidaban…” (del profeta Ezequiel 34, 1-11).
 
“… y encontró a otros parados y les dijo: -¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?...” (Jesucristo: Mt 20, 1-16a).
 
“… donde un hombre trabaja…” (del himno de la Hora intermedia del miércoles IV).
 
“… lo que hacéis, hacedlo con toda el alma…” (Col 3, 23-24).
 
… las tabaibas, obviamente, no son para nuestro bien. Las tabaibas han transformado el potencial agrícola y ganadero de esta isla tan negativamente, y de tal forma y manera que esto ya no tiene un solo punto de conexión con el pasado brillante de la misma. Vamos a acercarnos a esta desastrosa realidad: ya la isla no nos sostiene. Se ha perdido el respeto al sector primario (ganadería y agricultura). El campesino ha pasado de sujeto activo, a sujeto pasivo. El miedo ambiente se ha cargado el medio natural. Ya no interesa el bien común, sino la protección de las tabaibas (y basuras similares [retamas, pinos, pitas, cañas, etc.]). Se han perdido los valores. El paisaje se ha vuelto árido, seco, muerto. El campesino se ha vuelto introvertido. Se ha vuelto duro el vivir. Soledad y pobreza en el campo. Perdemos identidad. El campesino se siente extraño en el campo. Desorientado. Se desplaza al campesino del campo. Ni nacionalismo, ni orgullo. El cabildo: negativo, cargado de violencia, abusivo, irresponsable. Miseria. Alienación. Miedos y neurosis. ¿Alguna cooperativa agrícola? La tierra casi desértica, sin cultivo. No hay lucha por nada nuevo o distinto. Pasividad total. Indiferencia. Nada se transforma. No se trabaja la tierra; no hay armonía, ni curación. La tabaiba lo ha transformado todo. No hay proyectos; no hay paz. Ya no se tiene en cuenta las características del medio natural: todo de pinos y tabaibas, sin más (cuando antes estaba diversificado según zonas, terrenos, climas, situación, altura, etc.).
Ya nada es colectivo. Se pierde el arraigo local, familiar, social, etc. Ya no se pertenece a una tierra. Perdemos costumbres rurales. Nada crece (solo tabaibas a sus anchas). La presencia militarizada de o para el cabildo (miedo, seprona y otros), asfixian al campesino. ¿Dónde la serena alegría? Toda petición de permiso para todo, siempre es negada. Nada se puede hacer u obrar (a riesgo de multa, que seguro cae). El futuro, ya es presente. En el campo ya, solo hay sufrimiento. Ya no hay relaciones humanas (tu vecino es tu enemigo: te denuncia si haces algo). Se coleccionan multas. Ni ética ni justicia. No se cuida el medio. Vigilan al campesino, sin más. Todo quieto, parado, estéril. Ni derechos, ni responsabilidades. Rodeados, vigilados, controlados. El contexto de la tabaiba, es hostil…
 
El Padre Báez.
 
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Nunca he visto un consejero de agricultura por las medianías del Gran Tabaibal (antes Gran Canaria) interesándose por la catastrófica situación de nuestra agricultura, y la consejera de Miedo Ambiente nos presenta un criadero de Lagartos. ¿Estará el Gobierno de Canarias pensando en poner a los parados a criar lagartos?
 
A esto le llaman innovación.
Dentro de poco tendremos una lechería y distribuiremos Yogur el Lagarto: natural, vegetativo y ecológico. Para los adulones que andan arrastrándose todos los días detrás de la mafia política...
 
 
Fernando, a ver si quieres añadir algo de tu cosecha para publicarlo.
 
Un saludo de J. R.
 

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