lunes, 4 de agosto de 2014

silencio seco

Silencio tabaiberil…
 
“… se seca la cumbre…” (Amós, 1, 1-2, 3).
 
… tranquilidad obtenida por las botas paramilitares que vigilan el campo todas las horas, mañanas, días, tardes, noches, semanas, meses, años. No, no hay enfrentamiento alguno entre los pacifistas campesinos y violentos parapoliciales, que forman tropas. No hay intercambio alguno, ni de palabras (¡tanto es el miedo!). Lo que sí hay, es tensión. No hay diálogo, sino ¡multa que te pego, y calla! Sin pruebas, sin razones, solo con artículos y leyes de fuera, aplicada aquí dentro. Nadie se arriesga a iniciar un incidente; entonces, ¡le caería encima toda la artillería legal y lo arruinaría y con cárcel incluida! Es el gobierno que tenemos, que hostiga contra todo campesino que lo sea y ejerza de tal. Las incursiones -incluso en terrenos privados-, son constantes. Nada se aclara, no te lo permiten (¡ni te escuchan, y menos te hacen caso!). Son controladores del hasta más mínimo movimiento. El control, es absoluto, total. Las autoridades, contra el campo. La cuestión es, de degradación total. Han interrumpido todo proyecto, todo proceso, toda acción en el campo. Y al pueblo, le falta rebeldía. Viven en una situación de inseguridad legal (plantar un olivo te puede costar 600,00 € de multa, si no pides permiso para arrancar tres cerrillos [parecido al rabogato]). Es, como retomar y volver a finales de 1483 y principios del siglo XVI y siguientes. ¡Peor! Se regresa a lo peor de la conquista, pero ahora, hasta por tus propios hermanos. El pueblo está tan sometido, que le falta la menor agitación social. Somos un pueblo muerto. Les roban la tierra y permanecen impasibles. Les prohíben trabajar la tierra, ¡y ni la tocan! No hay justicia social, ni laboral, ni… ninguna! Y esta situación, no le importa a nadie. ¡Asombrosa apatía e indiferencia! Todavía hay quien los defiende (¡los pinos son muy bonitos!, ¡los pájaros azules son del paraíso terrenal!, ¡las tabaibas son para chicles!…), Nadie se interesa por este conflicto de vida o muerte. Ningún periodista escribe ni un solo renglón de entre los muchos miles de un servidor, que les serviría de idea; pues, ¡no señor! Ni de bromas (o chiste). Europa no controla los abusos y tiradas de dinero ni cuenta el número de tabaibas… Se eleva el número de víctimas (silenciadas). Nada presagia cambio alguno (sino a peor), de la situación actual…
 
El Padre Báez.

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