domingo, 24 de agosto de 2014

cultura

Agricultura tabaibera…
 
“… una nueva tierra colmará(n) nuestro anhelo sin medida…” (del himno de Hora intermedia del sábado IV).
 
“… he talado la estatura de sus cedros y sus mejores cipreses, llegué hasta la última cumbre y entré hasta lo más denso del bosque… sembraréis y segaréis, plantarás viñas y comeréis frutos…” (del profeta Isaías 37, 21-35).
 
“… en el camino por donde avanzo me han escondido una trampa…” (del salmo 141).
 
… que absurdamente ha olvidado toda otra agricultura. En el medio siglo que queda atrás, no ha significado un aumento en la producción en esta desgraciada isla de comida, sino todo lo contrario, ha habido una regresión tal, que nos ha traído al hambre que comienza a padecer la población, habida cuenta, que esto, no ha hecho sino comenzar. Antes se comía y se ahorraba; ahora, no hay comida y se gasta en ella hasta los ahorros que no se tienen. Los productos agrícolas que tan generosamente esta tierra producía, son importados de todas las partes del mundo, sin que nada podamos ya exportar. Ayudas que daban, y que han arruinado a este pueblo, que no tiene suficiente para pagar lo que se importa, pudiendo producirlo, pero se les prohíbe, persigue y castiga si lo hace. A tal fin, nada se planifica, y mucho menos se coordina algo. Ninguna unión ni fuerza política alguna para aunar esfuerzos de cara a la producción o desarrollo. Y ello, a pesar de tener esta isla el potencial mayor y mejor del mundo, para producir en cantidad y calidad insuperable por nadie en el mundo. Y es que ya es grave que nada exportemos, siendo como somos el potencial mayor del mundo de producción en cantidad y calidad no superadas por ningún lugar del mundo, dadas las condiciones geográficas, climáticas, bondad de la tierra, etc. Y, que con todo no tengamos garantizada la comida, al no producir nada, por dejar toda la tierra para las tabaibas y semejantes. De hecho ya nadie trabaja la tierra, y como consecuencia, ninguna tierra está cultivada (salvo excepcionalmente de forma mínima y ridícula y de manera testimonial y con más trabas y objeciones, que estímulo y verdadera ayuda). Todo lo cual, nos va metiendo -sin darnos de cuenta- en una sub-alimentación progresiva, y alarmante por sus consecuencias en la salud. Y tanta es el hambre, que la Iglesia no da abasto a dar comida (eso es Cáritas) a tantos pobres como aumentan de día en día. Hambre que crece de día en día, sin freno y a más. Y es que si nada producimos (sino testimonial y residualmente), y encima -lógicamente- nada exportamos, esto es de ruina total (y nos distraen con el balón cesto y con el fútbol a todas horas del día coincidiendo con las horas de las comidas, para engañar el estómago metiéndonos goles en lugar de alimentos sanos. Y, lo peor de todo, es que no hay política agraria, o políticos que le metan mano al sector primario…
 
El Padre Báez.
 
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Otro, y otro, y otro… ¡y tantos que no cesan!:
 
Así es DON FERNANDO, sobra el cabildo y tantas otras  administraciones, como algunos  ayuntamientos, gobiernos autonómicos, concejalías de no sé, ni para qué… en fin…  ¡que le voy a  decir que usted no haya dicho y sepa!” (J. B.).

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